martes, 31 de julio de 2018

La muerte de la WCW (4) : El juego de la espera


Viene de:
Introducción

Capítulo 1
Capítulo 2


Aquí continuo con algo que alguna vez empecé y que de vez en cuando retomo cuando me queda tiempo. De nuevo sólo me queda decir que si existe alguna violación al derecho de autor, les agradezco se me informe para borrar el texto y que cualquier error me lo hagan saber para corregirlo. Gracias.


Sólo recuerdo que esta es una traducción amateur y puede contener errores. Así que si tienen sugerencias para mejorar tal o tal cosa, las pueden dejar en la caja de comentarios que con gusto las revisaré. En todo caso lo de siempre, si quieren leer una mejor versión vayan a la original. Esta es sólo una tentativa por acercar al público no angloparlante a este muy buen libro. Además, el texto que se utiliza para esta traducción es la primera edición


PARTE 2: EL ASCENSO

Capítulo 3
1997: El juego de la espera

Si 1996 le enseñó algo a Eric Bischoff, es que el New World Order era el futuro de esta compañía. Esto quedó lo suficientemente claro con los ratings y los buy rates que se dispararon luego del inicio de este ángulo. Los números no mienten: la asistencia subió en un 43 por ciento durante 1995, las entradas lo hicieron en un 87 por ciento y los buy rates para los ppvs (que es donde la compañía se hacía la mayor parte del dinero) estaban cerca de ello. Y el primer Nitro de 1997 hizo 10.034 abonados (un nuevo record para la marca), y esto, una semana antes de que el show en Chicago rompiera ese número con aproximadamente 17.000 fans pagando $189.206. El nWo los llevó a Tierra Santa, y nadie más podía hacer que esto brillase más.

Se habían acabado los días en que la WCW estaba por debajo de la poderosa WWF de McMahon. Ahora ellos estaban más o menos en el mismo terreno, y habiendo recorrido todo este camino, no había forma de volver atrás.

Aunque el New World Order era un fuerte contingente, la cuestión es que eran un montón de chicos malos. Y en wrestling, los chicos malos sólo relucen si tienen un fuerte babyface que los enfrente. No obstante, la WCW estaba compuesta en su mayoría por un montón de bufones, salvo un personaje que no había sido bookeado hasta ahora como un tremendo idiota: Sting. El tipo que había sido el estandarte del programa casi que desde el momento en que llegó a la WCW, el único que era visto por los fans como el que podía competir y derrotar a aquellos invasores.
Hay que darle crédito a Bischoff por saber y haber utilizado esta información para maximizar las ganancias de la inevitable pelea entre Sting y Hogan. Esta pudo haber sido una rivalidad simplona (en aquellos días, los feudos no iban más allá de un par de meses), pero el plan fue el de hacer una gran rivalidad construida a fuego lento: un prolongado enfrentamiento de más o menos un año, con miras al Starrcade de diciembre, esperando que los fanáticos se pusiesen en fila para pagar por ver a Sting pateándole el trasero de Hogan. La única pregunta que quedaba era si Bischoff se mantendría con su plan y guardaría a Sting fuera de acción por doce meses, o si se desesperaría para ese día y precipitaría la lucha en un ppv.

Entonces, para que tuviese lugar el enfrentamiento que quería Bischoff, éste pensó que debía centrar la compañía casi que enteramente en el New World Order. Nunca el plan de Bischoff fue más obvio que durante el primer ppv del año, Souled Out, o para ser más preciso, el nWo Souled Out: un show diseñado para que fuese la vitrina del grupo. Así que éste no fue promocionado como un evento de la WCW, sino del New World Order, en el que los luchadores de la WCW dejarían que les patearan el trasero.

La idea era ver un pay-per-view comercializado y vendido bajo el nombre del New World Order que, si iba bien, le daría razones a Bischoff para hacer más de un ppv en el mes, y por consiguiente, duplicara las ganancias. Parecía que era una buena apuesta que valdría la pena hacer.
El show abrió, por así decirlo, de una forma muy rara, con Bischoff, Sean Waltman, Scott Hall, Kevin Nash y el resto del grupo rodeando la arena, montados encima de camiones de la basura. Digan lo que quieran sobre él, pero incluso el más hastiado escéptico le daría a Bischoff puntos por la originalidad: ciertamente ningún ppv en la historia del wrestling profesional ha empezado de esa manera. Incluso los elementos del set eran únicos. Las decoraciones normalmente brillantes y chillonas de la WCW fueron cambiadas por unas oscuras e industriales a las que no se les escapaba ningún color. La entrada era negra, el mandil del ring era negro, las cuerdas eran negras y los esquineros del ring también, y aparte de algunos logos blancos del nWo chapoteados en toda la arena, todo era negro.

Hay que sumar a lo anterior, que los tradicionales trucos de cámara del grupo estaban a toda máquina, con estática ennegreciendo la imagen en intervalos al azar, raros ángulos de cámara que hacían preguntarse a los televidentes que observaban esto por primera vez si estaban viendo wrestling o un capítulo viejo de la serie de los 60s de Batman. Era absolutamente raro, y completamente diferente de cualquier cosa que el mundo del wrestling había visto hasta el momento. Esto no era definitivamente un ppv ordinario de wrestling. Era algo nuevo, algo diferente. Era un New World Order ppv.

Si alguien necesitaba evidencia de que el nWo estaba empezando a desmejorarse severamente, podrá simplemente mirar este ppv. Hogan, Nash y Hall, el tridente original del grupo, empezó a estar acompañado de Waltman, DiBiase y Bischoff. Y completando el catálogo estaban Buff Bagwell, Scott Norton, Masahiro Chono, Mike “Virgil/Vicent” Jones, Ray Traylor, Elizabeth, un falso Sting y otros veinte arbustos más, que se empujaban entre ellos en un intento vano por aparecer un poco más en algún lugar en la pantalla del televisor. Esto fue una especie de augurio de lo que veríamos más adelante en el año

Además de las luchas, tuvimos el concurso de la señorita nWo, en el que unas mujeres de mediana edad montadas en eclécticas motocicletas Harley-Davidson proclamaron su amor al New World Order. No era gracioso ni erótico, sino parecía más bien como si sus mamás estuviesen en un certamen con sus amigas y todas ellas empezaran a decir que querían toquetear a Kevin Nash. No suena como algo bonito, ¿cierto? Los fanáticos en la arena no se divertían y empezaron a gritar “aburrido”, cuando Bischoff empezó a tantear con las féminas.

Y en el entremedio de esas sesiones, Bischoff, en el centro del escenario, en un pódium cerca a la rampa de entrada, empezó a proclamar el mensaje del New World Order al público: WCW apestaba. Se trataba de un grito de guerra familiar que era repetido una y otra vez, al punto de que incluso los que no veían el show no se lo perdían. E incluso ignorando la perorata de Bischoff, la presentación de la WCW en el evento ciertamente le daba la razón. Los luchadores de la WCW que no estaban en el show, fueron mostrados sentados entre el público como fanáticos normales, como una banda de marginados que no debían desligarse de la malvada coalición de Bischoff. Incluso aquel puñado de luchadores de la WCW que participaron en el certamen, parecían unos perdedores: no les pusieron música, nada de pirotecnia, y eran presentados por una voz monótona que los nombraba de forma burlona. El nWo mientras tanto, tenía muy buenas entradas con música y truenos, y con el anunciante declarando la superioridad de éstos. En este punto de la historia, las cosas estaban claras: los chicos de la WCW eran patéticos, y no podrían con el New World Order.

A pesar de que el ángulo le dio a la promoción un nuevo aire, el hecho de que el New World Order continuara siendo tan cool y tan chic como se supone que eran, hacía suponer que eran los chicos malos de esta historia. Toda esta burla a la WCW parecía minar el interés del público, que se sentaba calladito durante la mayor parte del show, sin estar molesto o particularmente emocionado con el desenlace de las luchas, es decir, el New World Order ganando casi todo generalmente con la ayuda del arbitro maligno Nick Patrick. Los pocos ganadores de la WCW, pudieron hacerlo en peleas en las que el réferi no tenía nada que ver, como la lucha de escalera en la que Eddy Guerrero (llamado “Frijolito Mexicano Saltarín” por uno de los locutores, en un comentario que seguramente no habrá ofendido a nadie) pudo hacerse con el cinturón del U.S. Heavyweight Championship que se encontraba suspendido sobre el ring. El abominable evento principal vio otra debacle provocada por la nWo: Hulk Hogan cubrió al Gigante (que se había unido y luego abandonado el grupo en un lapso de más o menos seis meses) luego de haber sido golpeado por casi que todos los miembros del grupo.
¿Fue el experimento de Souled Out un éxito? En una palabra, no. El buy rate fue sólo de 0.47, el más bajito desde que se empezó con el ángulo del New World Order. El show tuvo lugar en Cedar Rapids, Iowa, con un público de más o menos 5.000 personas, que llenaron el lugar porque éste era pequeño, y sólo dejaron $70.000. Una decepción. En resumen, menos de la mitad de todo lo que el pasado Starrcade había generado.

La compañía decidió entonces volver a la exitosa fórmula de Starrcade para el siguiente show Superbrawl 7, pero esta vez enfrentando a Hogan contra Piper en lo que era una clara lucha por el título mundial. Para promocionar el evento, Piper fue filmado en una serie extraña de viñetas en las que se encerraba en Alcatraz y si miramos en qué concluyó el evento principal, los fanáticos probablemente hubiesen deseado que éste nunca hubiese salido de su solitario confinamiento.

Para ser justos, sin embargo, la compañía había vuelto al modelo que había hecho de Nitro un show de obligatoria observación: grandes luchas de mid-carders antes del evento principal que vendía entradas (el cual era normalmente malo). Encuentros entre los que se encontraban tipos como Dean Malenko, Eddy Guerrero, Waltman y Chris Jericho abriendo el show, emocionando a los fans. Unos undercards que estaban mejores que nunca, debido al hecho de que Bischoff no escatimaba en invertir en talento. A través de incursiones en la WWF, ECW o en Japón, Bischoff trajo un conjunto grandioso de buenos luchadores de todos lados del globo. De 1996 a 1997, personajes nuevos como Jericho, Juventud Guerrera, Rey Mysterio Jr y muchísimos más subieron al ring.

La WCW necesitaba talento joven y fresco, puesto que poco a poco, todo el mundo empezaba a notar (salvo aquellos que estaban a cargo) que tipos como Hogan o Piper no se desenvolvían en el ring como antes. A pesar de sus intentos, esos dos nos dejaron otro horrible evento principal en el que otra vez Piper parecía ganar el título, pero fue derrotado luego de que Randy Savage traicionara a la WCW y pusiera el pie de Hogan sobre la cuerda, haciendo que el título no cambiara. Y mientras esto pasaba, Sting veía todo silenciosamente desde la rampa de entrada, antes de dar la vuelta e irse del lugar. El fuego lento seguía cocinando.

A pesar del hórrido evento principal, el show pudo salir un poco de las profundidades en que las que lo había dejado Souled Out, marcando un 0.75 de buy rate y dejando más o menos $200.000 en la puerta y 13.324 asistentes. Esto indicaba que se retomaba a la dirección correcta.

Inmediatamente, la WCW tomó dinero y lo gastó anunciando que habían contratado una gran estrella para Uncensored: Dennis Rodman. Poco importaba si Rodman pudiese en verdad luchar en el show, puesto que el ppv tendría lugar en mitad de la temporada de la NBA. En realidad, Bischoff sabía que con los medios cubriendo al niño malo del baloncesto, la WCW tendría exposición contratándolo. También se rumoraba que Vince McMahon estaba buscando hacer lo mismo, así que no fue sorpresa el nuevo intento de Bischoff por metérsela a Vince y a la WWF. Mcmahon ofreció al “Worm” 1 millón por dos apariciones, y Bischoff pujó más alto con 2 millones por 3 apariciones.

Uncensored recogió la fórmula de siempre con chicos jóvenes como Ultimo Dragon dejándose la piel en buenas peleas con luchadores mexicanos como Psicosis. Y por una vez, el evento principal era en realidad muy bueno, debido al hecho que éste concentraba a 9 tipos en el ring, en un three-way que obviamente ganó el nWo cuando Rodman y Savage intervinieron. En la trama, esto le daba el derecho a Hogan de solicitar una lucha por cualquier título que ellos quisieran. Sin embargo, mientras el grupo celebraba, Sting bajó del techo con su bate de beisbol en mano y acabó con Nash, Hall y Savage. El público se volvió loco cuando Sting lentamente alzó su bate y apuntó hacia su próximo objetivo: Hogan. Finalmente, Hogan subió al ring y Sting acabó con él. Era incuestionablemente que esta era la respuesta más grande que había tenido una estrella de la WCW desde el nacimiento del nWo, y parecía imposible que Bischoff pudiese aguantar nueve meses sin poner esta lucha en algún ppv.

No obstante, el buy rate mostraba que Bischoff estaba en el camino correcto, puesto que éste logró llegar a 0.9 (el cual fue celebrado por haber derrotado al del Wrestlemania de ese año que había marcado un 0.77). Era notorio que Bischoff debía abstenerse de poner en el siguiente ppv, Spring Stampede, a Sting o Hogan. En lugar de ello, el evento principal fue una confrontación entre Savage y Diamond Dallas Page.

El ppv fue en gran medida olvidable y casi que imposible de ver, dejando un bajo 0.58 de buy rate. Sin embargo, incluso con aquel flojo cartel, a la compañía le seguía yendo bien, puesto que vendieron todas las entradas por adelantado, y 8.356 fanáticos pagaron $107.115 por el evento. En efecto, vender por adelantado las boletas se transformó en una moda (que irónicamente, terminaría por hacerle daño a la compañía en el largo plazo).

Es de resaltar el mérito de Bischoff en no entrar en pánico y mandar el enfrentamiento entre Hogan y Sting en el siguiente show. En lugar de ello, continuó con Nitros en los que Sting silenciosa y metódicamente acechaba a Hogan y al New World Order desde las vigas del techo; y en un negocio que es conocido por sacar los grandes momentos lo más rápido posible, es increíble que Bischoff mantuviera su plan, sobre todo si observamos que el siguiente show, Slamboree, hizo un buy rate similar de 0.60, al igual que Great American Bash.

Bischoff no cambiaría su plan, aunque este tipo de paciencia no se vería en años posteriores (y esto eventualmente le costaría caro a la compañía).

En este punto del relato, el negocio empezaba a ir para arriba. Las entradas de Nitro del 9 de junio, en el Fleet Center en Boston, hicieron un récord de ventas en su primer día con 10.000 boletas vendidas correspondientes a $170.000. El negocio de los House Show también estaba en su cima. A mediados de 1997 triplicaban lo que se hacían en 1995 y no parecía que importase lo que cualquiera hiciera, todo lo que tocaba la compañía lo transformaba en oro.

Una de las razones principales por las que el negocio de las house show era tan bueno en aquellos días, se debió al extraordinario trabajo de Zane Bresloff, quien no sólo promocionó los eventos de la WWC, sino también había sido el hombre detrás de la promoción de Wrestlemania III, en el que la WWF reportó haber llevado al Pontiac Silverdome 93.000 fanáticos. Años después, Bresloff admitiría que en realidad habían sido 78.000

El siguiente show en el que participaría Hogan sería Bash at the Beach, que se había transformado en una suerte de evento de gala de la WCW. Hogan no sólo había hecho su debut en Bash at the Beach en 1994, sino también había hecho su legendario cambio a heel en el mismo show de 1996. La versión de 1997 iba a darnos a los fans algo memorable, con Dennis Rodman no sólo presentando el evento, sino también luchando en él. Y puesto que la temporada de baloncesto había terminado, el Gusano también tenía luz verde para entrar en el ring y hacer equipo con Hogan para ganarle a los pilares de la WCW Lex Luger y el Gigante.

No se puede culpar a la WCW por haberse centrado en promocionar, por sobre todo, la lucha de Rodman, puesto que éste era el hombre del momento en 1997. Había ganado el segundo de tres títulos mundiales en la NBA con Michael Jordan y los Chicago Bulls, y estaba a punto de lanzar su autobiografía best-seller, Bad as I Wanna Be, por no mencionar que era un imán para los medios por su comportamiento estrambótico dentro y fuera de la cancha. En pocas palabras, Dennis era un ídolo.
Un ídolo que —por su habilidad atlética— también pudo luchar decentemente en su primera pelea oficial, al punto que algunos llegaron a declararlo como el mejor luchador de la noche (lo cual no es gran cosa, si tenemos en cuenta que se trataba de una lucha de parejas en la que participaban Hogan, el Gigante y Lex Luger). Hogan hizo la mayor parte del trabajo en el ring, si ustedes pueden llamar “trabajo” a dar vueltas alrededor durante los primeros cinco minutos del encuentro. Más o menos al minuto 7, Hogan da el cambio, y el público contuvo la respiración esperando ver que aportaría el Gusano. Rodman se pavoneó alrededor del ring con sus gafas de sol, y eventualmente agarró a Luger. Luego ocurrió: ¡le aplicó una llave de brazo[1] a Luger! Sí, él fue capaz de aplicar una de las maniobras más básicas del wrestling profesional. Los comentaristas entraron en un ataque de histeria, como si hubiésemos descubierto al sucesor de Frank A. Gotch en persona. Rodman empezó a posar para el público, se quitó sus gafas de sol, las limpió, y luego volvió a la acción. Afortunadamente para la WCW, Luger pudo de alguna manera recuperar el aliento, para no sólo aplicarle dos llaves de brazo a Rodman, sino también a Hogan. El equipo de comentaristas pro-WCW empezó a celebrar gritando “Bienvenido a la WCW, donde los chicos grandes juegan”.

Sin embargo, Hogan y Rodman no estaban todavía derrotados. Rodman se agarró una vez más con Luger y lo envió contra las cuerdas. Cuando Luger regresó contra Rodman, le aplicó una leapfrog y lo mandó contra la lona. Piensen por un momento, se trataba del mismo tipo de maniobras que se han ejecutado desde hace más de veinte años, pero esta vez, con los comentaristas gritando al borde de un ataque al corazón “¡No estamos viendo a un principiante!¡Fue entrenado por el mejor!”. Tony Schiavone incluso afirmó que Rodman estaba mostrando (y lo cito) “destellos de genialidad”. A pesar de toda aquella “genialidad” representada en movimientos extraordinarios como leapfrogs y llaves de brazo, la nWo fue derrotada cuando Luger hizo rendir a Hogan.

En cualquier caso, a pesar de que la lucha de Rodman fue un fiasco total desde el punto de vista técnico, el show hizo números decentes: 0.78 con $150.870 en la taquilla. No eran los números que esperaba la WCW, pero se creó definitivamente un momentum. Los ratings de Nitro siguieron subiendo mientras Luger iba detrás del título de Hogan. La noche antes de Bash at the Beach, Nitro había marcado un rating de 3.5. Tres semanas de promoción después, el especial de tres horas de Nitro (por ser el programa número 100) marcó un gran 4.34, y la pelea por el título en la que Luger destronó a Hogan marcó un extraordinario (por lo menos para ese momento) 5.2 de rating. Obviamente, el éxito del show llevó a Bischoff a traer más programas de 3 horas en el futuro.

La victoria de Luger planteó el escenario para el siguiente pay per view. El Road Wild de agosto (que cambió de nombre luego de una demanda presentada por Harley Davidson, con la que obligó a la WCW a quitar del título la palabra “Hog”), el saco roto de dinero desde Sturgis. No sólo el evento no produjo ni un solo centavo en la taquilla de nuevo, sino lo que fue aún más decepcionante, produjo un 0.65 de rating. Esto estuvo muy por debajo de las expectativas, sobre todo luego de los grandes números que había dejado la rivalidad entre Luger y Hogan en los ratings de los lunes por la noche.
Pero un daño más grande para la compañía pasó por debajo del radar: cuando había un push para una pelea importante, el New World Order nunca perdía. En Road Wild, esto fue evidente en la lucha entre los Steiners y los Outsiders (Hall y Nash) por los Campeonatos Mundiales en Pareja. Los Steiners habían estado durante muchos años en la WCW, e incluso, a pesar de haber pasado por la WWF, fueron considerados como el verdadero “equipo de casa”. Los dos habían sido todo el tiempo babyfaces durante el tiempo que duraron como babyfaces, y fueron, junto con Sting, vistos como los salvadores de la compañía. El número de luchadores que los fans veían como iguales al nWo era pequeño, y sólo Luger, Sting y los Steiners (y hasta de pronto el Gigante) eran legítimamente vistos como rivales para enfrentar a Hogan y sus compinches. Para que esta creencia fuera perpetuada, sin embargo, estos tipos debían vencer a sus adversarios.

En el caso de Luger, se veía con su victoria reciente. A los Steiners, sin embargo, no les dieron esa oportunidad. A pesar del hecho de haber estado detrás de Hall y Nash durante casi un año, los dejaron sin cinturones, de nuevo, en Road Wild. Tengan en mente que no era sólo que tuvieran una simple rivalidad con Hall y Nash, sino que ese par de chicos malos filmaron un video en el que hacían salir de la carretera el auto de los Steiner. Rick y Scott no presentaron ningún cargo, porque en estrafalario mundo del wrestling, la única forma de tener una venganza por una tentativa de homicidio es haciéndose con los cinturones de tus rivales.

Se suponía entonces que los Steiners debían ganar esos cinturones, pero eso nunca pasó. Hall y Nash fueron donde Bischoff en los camerinos del ppv, y le dijeron que, si los títulos cambiaban de forma frecuente, éstos perderían fuerza. Entonces, ellos argumentaron, deberían retener frente a los Steiners, a lo que Bischoff asintió. La ironía de todo esto es que Luger, que había ganado el Campeonato Mundial de la WCW seis días antes en Nitro, no retuvo y perdió el título con el compadre de Hall y Nash, Hogan. La siguiente noche en Nitro, no se mencionó prácticamente el nombre de Luger, lo cual empezó a molestar a algunos de los chicos en el vestuario.

No eran sólo Luger y los Steiners, sino otros, como por ejemplo los Four Hoursemen liderados por Flair (el hombre al que muchos fanáticos consideraban como el epítome de WCW). La persona que hacían ver mal cada vez que podían. A pesar de haber sido utilizado como chivo expiatorio de Hogan desde su llegada a WCW en 1994, Flair seguía ganándose el respeto de muchos fans leales a la WCW, especialmente en las Carolinas, que fueron un semillero para la compañía. A Hogan y Nash les daba completamente igual Flair, o la reacción que provocaba en el público, ya que cada semana en Nitro lo atacaban diciendo que estaba muy viejo, cuando no lo dejaban echo polvo. Para hacer corta la historia, puesto que Hogan, Nash y Hall tenían básicamente todo el poder sobre sus personajes (Hogan tenía todo el control creativo según su contrato), ellos hacían ver a Flair como un idiota, una y otra vez, en frente de los fanáticos de su ciudad.

Y nunca Flair o sus Horsemen se vieron más idiotas que durante el Nitro que tuvo lugar el 1 de septiembre de 1997. Una semana antes, el Nitro de Columbia (Carolina del Sur) había destruido el registro de ratings anteriores (gracias en parte a que Raw tuvo que ser presentado antes de lo normal a causa del U.S. Open), haciéndose un 4.97 en un show que estuvo construido alrededor del anuncio de retiro de la leyenda Arn Anderson, debido a una complicada cirugía de cuello. El plan para la semana siguiente era francamente sencillo. El show sería un tributo a Arn, pero a mitad de camino, el nWo haría una parodia en la que se burlarían del grandioso discurso de Arn de la semana anterior. Todos los fanáticos estarían iracundos. Luego, al final de la escena, los Horseman entrarían a limpiar la casa con Anderson sonriente en la rampa.

Pero esto nunca ocurrió. En su lugar, la nWo hizo la parodia y no hubo retaliación, puesto que Nash se encargó de que esto no pasara. Flair, indignado, se negó a dar entrevistas más adelante, diciendo que eso había matado a los Horsemen, sobre todo porque ellos no habían atacado al nWo antes. Arn también estaba muy molesto (dejando rápidamente la compañía), no tanto por el contenido de la parodia, sino porque su familia estaba mirando ese show y quedó devastada con la escena (ya que en ella se habla del supuesto alcoholismo del luchador, y su reacción fue aún peor, puesto que su mamá había muerto por eso cuando él era más joven).

Esa parodia montó lo que sería Fall Brawl, un ppv que tuvo lugar en el corazón de la tierra de Flair: Winston-Salem, Carolina del Norte. Ante un público de casi 12.000 fanáticos iracundos de los Horsemen, se bookeó que Flair perdería una vez más, ya que el nuevo miembro Curt Hennig (que había sido propuesto por Arn como su reemplazo en los Horsemen semanas antes) traicionaría al grupo y le daría una nueva victoria al New World Order. En este punto, ya se veía que nadie podría competir contra el nWo.

A Bischoff le daban igual las quejas de tipos como Flair, puesto que el negocio iba viento en popa. Nitro, que al principio del año tenía notas por encima de 3, empezó a hacer, de un momento a otro, cuatros. El 8 de septiembre el show fue un gran éxito, teniendo en cuenta que se hizo un 4.27 contra el 2.15 de Raw (el más grande margen que se había dado en la historia hasta ese momento). Los shows vendían todas las entradas (el fin de semana del 4 de septiembre, fue el primero en la historia en que la compañía se metió al bolsillo aproximadamente $1 millón de dólares solamente en ingresos de House Show), y los buy rates de los PPV seguían subiendo. Halloween Havoc en particular, fue un éxito masivo.

A pesar del hecho de que el show tuvo en el evento principal otro horrible Piper vs Hogan (el tercero en los últimos nueve meses), marcó un gigantesco 1.1 de buy rate, con 12.457 fans y $297.508 en la taquilla. En el lado positivo, tuvimos una lucha de título vs mascara entre Rey Mysterio Jr y Eddy Guerrero (la cual ganó Rey, a pesar de que se había programado que perdiese hasta algunos minutos antes de que tuviera lugar el enfrentamiento). Fue la mejor pelea de WCW de los últimos cinco años. Tan bueno como fue el negocio de ese show, fue el siguiente ppv, World War III, que fue más allá, dejándonos las cifras de 17.128 fans y $407.831 en la taquilla.

¿A quién demonios le importaba un luchador quejándose cuando la WCW hacía tanta plata?
Y no sólo era dinero, sino que Bischoff estaba a punto de tropezarse con otro éxito que le daría vida a la WCW durante los años venideros: Bill Goldberg. El antiguo Atlanta Falcon convertido en el pupilo de Power Plant, debutó el 22 de agosto en Nitro, en una victoria conseguida en 2:24 sobre Hugh Morris. Posteriormente, sólo necesito de alzar un solo dedo como para decir “este es el primero”. Aunque en realidad, no mencionó ni una palabra durante prácticamente su primer año. El caso es que en el momento en que este show se acabó, probablemente la mayoría olvidó aquella pelea, lo cual es irónico, teniendo en cuenta que Goldberg se transformaría en una de las estrellas más recordadas.

WCW lo tenía todo, y estaba a punto de ser aún mejor: Bischoff contrataría pronto al más deseado agente libre en la historia del wrestling. Y cuando lo hizo, nadie dudaba de que era el último clavo en el ataúd de Vince McMahon y la WWF.

Y la cuestión es que a pesar de que Bischoff había acumulado la mejor variedad de talento que el wrestling jamás había visto, había un solo tipo que se le había escapado durante años y años sin poderlo conseguir: Bret Hart. Bischoff había querido traerlo durante el verano de 1996, sabiendo que si además Hall y Nash, también traía a Hart, parecería verdaderamente que todas las grandes estrellas de la WWF se estaban cambiando para la WCW. Infortunadamente para Eric, McMahon pudo convencer a Bret de seguir con el contrato de veinte años del que ya se habló.

Había un montón de preguntas sobre ese contrato, como, por ejemplo, ¿cómo haría Mcmahon para pagarlo? Bischoff sabía (más allá de cualquier duda) que la WWF estaba en dificultades financieras: la compañía había perdido 6 millones en 1996, y no se veía una fórmula para mejorar en 1997: ¿dandole push a náufragos de la WCW como Steve Austin o Mick Foley que habían sido expulsados sin contemplaciones por Bischoff? Éste pensaba que la WWF no aguantaría otro round más.

Y si quería más hechos para probar su teoría, la fábrica de rumores estaba, una vez más, haciendo ruido sobre los problemas que había entre McMahon y su campeón de la WWF Hart. Esos rumores fueron confirmados cuando Hart, con la bendición de McMahon, contactó a Bischoff para ver si había la posibilidad de que volviese a ofrecerle el contrato que había rechazado un año antes. Bischoff vibró de regocijo cuando Bret le contó su historia: Mcmahon le dijo que no podía permitirse pagar las cantidades prometidas a Hart, ya que la compañía estaba en “peligro financiero”. Esto en la mente de Eric se tradujo como “Bret Hart es de nuevo agente libre y la WWF está muerta”.

Fue un momento glorioso para Bischoff: firmando a Hart, no sólo tenía a uno de los mejores luchadores de todos los tiempos, sino también se llevaría a uno de los mejores de la WWF. Tal y como lo había hecho con Nash y Hall, dejaría a los fanáticos con la boca abierta trayendo a Bret a Nitro. Después de todo, no era sólo una gran estrella de la WWF, sino era su CAMPEÓN MUNDIAL, por Dios. En este punto, Bischoff se dio cuenta de que a Vince le podía ir peor de lo que jamás pudo imaginar.

Una de las cláusulas del contrato a veinte años de Bret con la WWF, decía que éste tenía el control creativo de su personaje. Por tanto, como campeón, tenía el derecho de decidir con quién perdía el cinturón y cuando lo haría. Por varios meses, una verdadera rivalidad se había desarrollado entre Bret, y otro de los luchadores favoritos de McMahon, Shawn Michaels. Este último (que también tenía gran poder en vestidores) parecía deleitarse enfureciendo a cada rato a Hart. Una vez, llegó al punto de afirmar (en vivo, nada más) que Bret estaba en medio de una aventura extramatrimonial con la diva de la WWF Sunny. Esto enfureció a Hart (por no hablar de su esposa), terminando en aquella infausta pelea en bastidores entre los dos hombres, que terminó con Shawn yéndose temporalmente, después de que un buen trozo de pelo le fuera extraído de su cabellera.

Como el contrato de Bret se acercaba a su final, y el debut en la WCW parecía cercano, él y Vince empezaron a discutir diferentes escenarios en los que éste perdería el título. El siguiente PPV de la WWF era Survivor Series en Montreal, y Vince le sugirió que debería desprenderse del cinturón con (ya saben quién) Shawn Michaels, quien ya le había ganado un año antes en un Iron Match de una hora en Wrestlemania, y con quien las lesiones (reales y verdaderas), las peleas y otro tipo de problemas hicieron que la revancha no hubiera tenido lugar hasta el momento. Al comienzo, Bret, ejerciendo su control creativo, se negó, argumentando que “se volaría los sesos” antes que perder con Shawn. Una de sus quejas principales, es que Shawn le había dicho a él y a McMahon que no volvería a hacerle un job a ninguno de la promoción, incluido Bret.

Si esa iba a ser la actitud de Shawn, Bret concluyó que iba a “regresarle el favor” no perdiendo con él. El miércoles antes de Survivor Series, Vince citó a Shawn una vez más para preguntarle si estaba dispuesto a perder. Shawn fue a hablar con su buen compadre Hunter Hearst Helmsley (Triple H), quien, consternado, le dijo que sería un idiota si se permitía perder con un tipo que siempre había estado en su camino en la competición. Así que Shawn llamó a Vince y le dijo que no perdería la pelea. Tan pronto como Bret se enteró de eso, respondió que si Shawn no iba a perder con él en Montreal, él no lo haría en ningún lugar del mundo con Shawn y bajo ninguna circunstancia.  

Un par de días después, Bret cambió de opinión. Ese viernes, su abogado le envió a la WWF una carta que decía que Bret estaba dispuesto a perder el cinturón con cualquiera de la compañía, siempre y cuando no pasase en Canada. Y como su contrato con la WCW no empezaría sino hasta el 1 de diciembre, había muchos lugares en los que podría perder su título, incluidos los house show de la siguiente semana en Youngstown (Ohio) el 13 de noviembre, Pittsburgh el 14 de noviembre o incluso el Madison Square Garden el 15 de noviembre. Incluso dijo que, si Vince lo deseaba, estaba dispuesto a perderlo en una lucha de 4, el 7 de diciembre, en el show que tendría lugar en Springfield (Massachussets).

Vince mencionó que el trato de la WCW con Bret iniciaría el 1 de diciembre, a lo que éste respondió que no sería un problema, puesto que convencería a Eric de prolongar su debut en la WCW hasta el 8 de diciembre. Escuchando esto, Vince le dijo que todo estaba bien, y que Bret podría ganar vía DQ (para no hacer ver mal a Shawn) en Montreal, y luego perdería el título en una lucha de cuatro personas en diciembre. Pero Vince cambió de parecer, otra vez, diciendo que Bret se iba y por tanto debía perder el título antes de la noche del Nitro que le seguía a Survivor Series.  Después de todo, razonó Vince, incluso si Bret no aparecía en el Nitro del 1 de diciembre (y sin hablar de las cuestiones legales), si Bischoff aparecía en televisión mencionando que se llevó su campeón, la WWF estaría muerta.

Bret dijo que llamó a Bischoff para que se abstuviera de hacer el anuncio, aunque infortunadamente, éste había salido a cazar a Wyoming, por lo que no pudo comunicarse con él. Vince le sugirió que perdiera el titulo en el house show de Detroit la noche antes de Montreal a lo que Bret se negó de nuevo, diciendo que la pelea entre él y Michaels era muy importante para que ésta fuera trivializada, y si querían hacer las cosas bien, él tenía que llegar como campeón. Por tanto, sólo si Vince quería que él perdiese la semana siguiente en el house show todo estaría bien.

El domingo se acercaba rápidamente, y nadie era capaz de decidir sobre un asunto que tenía a Bret al límite. Vince arguyó que era injusto que se negara a perder. Bret dijo que era justo, en la medida que Vince había puesto la cláusula de control creativo en su contrato. Finalmente, unas horas antes del ppv se reunieron en vestidores. Vince le preguntó sobre qué quería hacer, a lo que Bret le respondió que él quería irse con la cabeza en alto, dejando libre el título al día siguiente en Raw sin enterrar la compañía (i.e. haciendo ver a Vince o la WWF mal), diciéndole a los fans que se iba. Vince asintió, y el plan era que Shawn perdiera vía DQ cuando Degeneration X (el grupo de Shawn) y la Hart Foundation (el grupo de Bret) intervinieran.

Durante la lucha, Shawn puso a Bret en el finisher de éste, el sharpshooter. A Bret se le había dicho que lo debería revertir, dando lugar a un nuevo conteo. Sin embargo, esto nunca pasó. En su lugar, el arbitro Earl Hebner (un amigo de toda la vida de Hart, que le había jurado por la vida de sus hijos, que no le contaría rápido) mandó a tocar la campana. El cronometrador, que no sabía lo que estaba pasando, estuvo inicialmente confundido por lo acontecimientos. Afortunadamente, McMahon bajó al ring para aconsejarle amigablemente: ¡TOCA LA PUTA CAMPANA! Y entonces Shawn ganó el campeonato y a Bret, como lo diría innumerables veces después, lo “jodieron”[2].

Esta se convirtió en la más famosa traición de la historia del wrestling. Bret había estado con su antiguo empleador durante 14 años, perdiéndose sólo dos shows, intentando siempre hacer todo por ayudar a la WWF. Cruelmente, ellos le dieron la espalda. Ese fue un momento que quedó grabado en la mente de todos los que lo vimos. Un recuerdo fortalecido por las imágenes repetidas una y otra vez en la televisión de la WWF, en un esfuerzo por hacer creer a los fanáticos que Vince había hecho lo correcto.

Esto debería haber ayudado a la WCW y herido la WWF, puesto que habían jodido descaradamente a una estrella muy popular. Pero el negocio del wrestling es un mundo muy peculiar y único, puesto que convirtió a McMahon (quien sólo quería que la historia se acabara lo más rápido posible, sin ganas de jugar un papel en ella) en el más grande heel de la WWF. Esto creó una contienda entre hombres contra sus jefes, Vince contra el más grande babyface de la compañía: Steve Austin. Esta rivalidad sería un trampolín para la compañía, que pegaría un gran salto que llevaría a Vince a convertirse en un billonario certificado.

¿Y qué pasó con Bret Hart? Llegando a WCW con un momentum como ese, parecía imposible que la compañía pudiese joder las cosas. No había dudas de que algo muy grande había sido planeado para Bret en el siguiente ppv blockbuster, Starrcade.

Sin embargo, antes de ese evento, Bischoff tenía algo sobre lo qué ocuparse. Él había decidido intentar hacer otro show basado enteramente en el nWo. Aparentemente, no aprendió nada del fiasco de Souled Out en enero, puesto que ahora estaba a punto de darles Nitro a Hogan y su contingente heel. El plan que estaba sobre la mesa para principios de 1998 era crear un programa de dos horas los martes, que sería transmitido por TBS. Bischoff había tenido la grandiosa idea de dividir la compañía en lo que sería un show de la WCW y otro de la nWo, haciendo que por ende, la WWF (y ténganse, porque esto lo pensaba de verdad) se convirtiera en la promoción número tres de Estados Unidos.

Así, nWo Nitro tuvo su ensayo, con resultados que fueron o increíblemente desastrosos o increíblemente predecibles, según lo que ustedes consideren. El show iniciaba con la llegada del escuadrón del nWo solicitando inmediatamente de que el equipo de producción echara abajo cualquier logo de la WCW. Cada letrero, banner, incluso el grande de metal con las letras “WCW” fue dejado de lado, para poner en su lugar, unos banners del nWo especialmente diseñados. Y para mostrar de que no se trataba de algo de un solo día, un elegante video abrió el show. Todos los presentes, estaban involucrados con el nWo, desde luchadores hasta comentaristas.

Y a pesar de que el grupo entero se mostró alegre y no paró de repetir lo maravilloso que se sentía, la noche estuvo verdaderamente dedicada a, como no, Hulk Hogan. La mayor parte del nWo Nitro fue menos un show y más una celebración de la vida y los momentos de Terry Bolea, completado con un segmento de veinte minutos en el que Bischoff le daba regalos a Hogan como banners gigantes y motocicletas con su imagen. Incluso se puso en una rodilla para darle un anillo (con la forma del Título Mundial de la WCW) en su dedo. Para todo el mundo, parecía que él iba a proponerle matrimonio al Hulkster o golpearlo en medio del ring. O de pronto los dos.

A pesar de estos bonitos gestos por parte de Bischoff y Hogan, los que estaban en casa no pudieron compartir aquel amor. Con Starrcade (y con la que estaba llamada a ser la lucha mejor promocionada de la historia de la compañía) a un par de días, todos imaginaban que este Nitro generaría ratings increíbles, casi que los mejores de la compañía. Y no sólo eso no pasó, sino que el show cayó a, prácticamente, un punto por debajo de su promedio, por lo que el plan original de poner al aire un nWo Nitro cada semana quedó completamente abandonado. Los decorados bien elaborados, las camisetas, la producción de video, todo ello, se convirtió en un colosal desperdicio de dinero.

Aunque para Bischoff, se trataba sólo de un experimento fallido. Claro, sólo se había gastado un par de billetes en los decorados, y los ratings se hundieron sólo un poquito. ¿Pero no valía la pena el riesgo?, ¿Qué tal si hubiese funcionado? Y en realidad, ¿qué importa? El show más grande del año, Starrcade, estaba por llegar, y se trataba de un evento por el que todo fanático del wrestling en el país haría fila para verlo. No sólo iba a tener lugar el Sting vs Hogan, sino que Bret Hart haría su primera aparición en un ppv de la WCW como arbitro especial de la grandiosa lucha entre Eric Bischoff y Larry Zbyszko.

¿Qué?

En un movimiento desconcertante para, bueno, todo el mundo (incluido Bret Hart), el producto más deseado de todo el wrestling profesional no iba a luchar como competidor, sino iba a aparecer como réferi. El encuentro entre Zbyszko y Bischoff iba a determinar el destino de Nitro: si ganaba Larry, Nitro seguiría bajo el control de la WCW. Si ganaba Bischoff, él sería premiado con un nWo Nitro cada semana. La gran pregunta era si Bret estaría del lado de la nWo o de la WCW. Dicho de otra manera, Bret Hart, el tipo que había sido el campeón de la WWF hasta hace menos de dos meses, el tipo por el que la compañía pagaría 3 millones de dólares al año, el tipo que había competido en las luchas más impresionantes y significativas de la década no iba a ser más que un instrumento en la batalla interminable entre la WCW contra el nWo. Y este, fue el comienzo de lo que sería la larga y confusa permanencia de Hart en su nuevo hogar.

Muchas de las dificultades de Hart tenían que ver con políticos de carrera como Hogan y Nash, quienes manejaban a Bischoff como marioneta, haciéndolo que mantuviera sus intereses por encima del resto del reparto. Cuando Bischoff no cedía a sus caprichos, ellos simplemente los cogían y se iban a casa. Este fue el caso de Starrcade, en el que se había programado que Nash perdería con el Gigante. No obstante, aquella tarde, Nash sufrió indigestión y llamó a la oficina diciendo que creía que estaba sufriendo un preinfarto. Nadie en vestidores le creyó, ya que Nash había repetido una y otra vez, durante meses, que no perdería con el Gigante, lo que se convirtió en una broma permanente. Los fanáticos vieron en su lugar a Scott Hall insultando al Gigante, antes de llevarse un chokeslam durante una entrevista. Sí, no sólo Nash no hacía el job, sino que el remplazo obvio de esta pelea, Hall vs el Gigante, tampoco tendría lugar.

Sorprendentemente (o no, si tenemos en cuenta quienes eran los tipos que estaban entre vestidores), casi ninguno de los miembros del nWo perdió su lucha en Starrcade. Incluso perdedores de carrera como Mike “Vincent/Virgil/lo que sea” Jones le ganaron a grandes estrellas de la WCW como los Steiners. Lex Luger, campeón de la WCW 4 meses antes, fracasó en su regreso, luego de un conteo de tres con Buff Bagwell. Todo era muy raro, teniendo en cuenta que se había vendido como el último show de venganza de la WCW, un show en el que el New World Order por fin mordería el polvo ante los chicos buenos.

Y en realidad, una de las pocas luchas que perdió el nWo fue el otro evento principal de la noche entre Bischoff y Zbyszko. Sí, en el ppv más grande de la historia de la compañía, Bischoff bookeó su pelea como uno de los eventos principales. Para mostrar que era uno más, Bischoff perdió luego de que Hart decidiera ponerse del lado de la WCW y por tanto, salvando al mundo de volver a ver un nWo Nitro. Lo peor es que en aquella lucha, Bischoff no perdió por conteo de 3, ni tampoco por haberse rendido, sino porque Bret decidió premiar a Zbyszko debido a que…bueno, porque sí.
Se puede argumentar que toda esa ridiculez daba igual, porque en últimas, lo que los fanáticos querían ver era la lucha que se estaba construyendo desde hace casi un año: Sting vs Hogan. Claro, todos esos fans debieron estar aburridos por lo que habían visto en el show, y posiblemente habían perdido un poco de fe en la WCW. Pero eso ya no importaba, porque finalmente, el trasero de Hulk Hogan sería pateado por Sting.

Sin embargo, eso nunca pasó.

Hogan se pavoneó al bajar por la rampa con su típica fanfarronería, tocando su guitarra de mentiras, y eventualmente, deambulando para consultar a Nick Patrick, el malvado réferi asignado para la pelea. Los dos hablaron por un momento de una forma que se aleja de las pantomimas habituales del wrestling, como si los dos se cercioraran de que tenían las cosas bien preparadas para el combate. Raro.

Después de haber descendido del techo de forma extraordinaria durante gran parte de los últimos 18 meses, esta vez Sting bajó de manera sencilla por la rama, parando un momento para mirar al público antes de continuar su camino. Luego se entró lentamente en el ring, como si fuese otra lucha de una persona cualquiera contra otra persona cualquiera.

Nick Patrick se puso entre los dos hombres y les explicó las reglas. Hogan y Sting se mandaban fuertes miradas, antes de que ocurriera lo que tenía que ocurrir: Hogan empujó a Sting. Éste respondió abofeteándolo en la cara, y así se encendió la cosa. Hogan empezó a moverse en círculos lentamente, antes de agarrarse con su contrincante. El público volvió a la vida cantando “¡Hogan apesta!”. Era obvio que todos estaban desesperados por ver a Stinger noquear a este desgraciado arrogante de una vez por todas.

Y el público siguió esperando a que esto ocurriera. Y esperó y esperó.

Y nunca pasó, porque en realidad, Hogan empezó a dominar la pelea con un Sting aplicando uno que otro movimiento por aquí. Un headlock sirvió para traer de vuelta a la vida al público. Hogan mandó a Sting fuera del ring y le dio con todo, mandándolo contra el barandal antes de darle con su bota. Luego lo devolvió al ring, mandó su mano a la oreja, como lo había hecho siempre durante su carrera, y cogió impulso contra las cuerdas para aplicar su movimiento final: el Legdrop of doom.

Hogan cubrió Sting. Patrick se mandó al suelo y empezó a contar.

Uno.
Dos.
Tres.

Sting no lo había logrado.

No, él no lo había logrado. El hombre que estuvo acechando a Hogan y su banda de rufianes durante un año, había fallado miserablemente en una lucha que se estuvo preparando durante un año.
Patrick levantó la mano de Hogan para señalar la victoria mientras el público quedaba paralizado en silencio.

Los comentaristas de la WCW empezaron a pedir explicaciones. Ellos decían que Patrick había contado muy rápido y que en realidad Sting no había perdido. El problema es que no había sido una cuenta rápida. Así que Bret Hart bajó rápidamente al ring directo a la mesa de comentaristas y con un silenciado micrófono dijo “Esto no va a pasar de nuevo” (en referencia al famoso final de Montreal con el que le robaron el título de la WWF). Mucha gente en el público no podía creer lo que Hart decía. Parecían furiosos y confundidos.

Y Sting, el salvador de la WCW seguía tirado en el ring. Finalmente, éste volvió a la vida, le aplicó un Stinger splash a Hogan, antes de aplicarle su movimiento final: el temido Scorpion Deathlock. El público esperó a que Hogan empezara a palmotear la lona e hiciera expreso que se rendía, aunque este momento nunca llegó. En lugar de ello, Bret Hart mandó a sonar la campana, y la historia fue que Hogan había dicho “I quit” (con el hecho de que no había micrófonos cerca). Este cambio de cinturón fue celebrado por los luchadores de la WCW por lo grande.

Y los luchadores celebraron, y los fans celebraron, al igual que Bischoff. Todo el trabajo duro, toda esa paciencia, por fin veía sus réditos.

Starrcade 97 fue, sin lugar a dudas, la mayor fuente de dinero que la WCW jamás produjo.

17.500 fans

$543.00 en taquilla.

Un increíble 1.9 de buy rate que significaron 6 millones en ganancia.

Y el principio del final.




[1] N del T: del original Arm Drag. Tengo el problema de que la mayoría de la terminología de la lucha libre la conozco en inglés, así que intento aproximarla a lo que creo que debería ser en español. Algunos los voy a dejar en inglés porque no les encuentro equivalente. No obstante, si alguien conoce un término mejor se lo agradezco.
[2] N del T : Del original “was screwed”.

domingo, 29 de julio de 2018

La muerte de la WCW (3) : La guerra empieza

Introducción
Capítulo 1

Aquí continuo con algo que alguna vez empecé y que de vez en cuando retomo cuando me queda tiempo. De nuevo sólo me queda decir que si existe alguna violación al derecho de autor, les agradezco se me informe para borrar el texto y que cualquier error me lo hagan saber para corregirlo. Gracias.

Sólo recuerdo que esta es una traducción amateur y puede contener errores. Así que si tienen sugerencias para mejorar tal o tal cosa, las pueden dejar en la caja de comentarios que con gusto las revisaré. En todo caso lo de siempre, si quieren leer una mejor versión vayan a la original. Esta es sólo una tentativa por acercar al público no angloparlante a este muy buen libro. Además, el texto que se utiliza para esta traducción es la primera edición.


Capítulo 2: 1996 La guerra empieza.
“¿Quieres una guerra? Aquí tienes una”
Scott Hall a Eric Bischoff en Monday Nitro de mayo 27 de 1996

Desde aquellos días en que la WWF y la WCW se convirtieron en las dos ligas mayores del wrestling profesional, los fans han debatido cuál de las dos ganaría un enfrentamiento entre ellas. Muchos saben que todo el negocio está en realidad predeterminado, pero es interesante pensar en la gran cantidad de interesantes enfrentamientos que tendrían lugar si las dos compañías hubiesen decidido competir bajo una sola bandera. En efecto, muchas revistas de wrestling parecían mantenerse en el negocio publicando al menos un artículo detallando los “enfrentamientos soñados” interpromocionales cada mes. Cada fan deseaba ver, de una vez por todas, cual de las dos compañías era verdaderamente superior.

Por eso, cuando Scott Hall apareció por primera vez en Nitro, no debió sorprendernos que los fans se levantaran inmediatamente y tomaran nota. Su debut fue ciertamente único, puesto que, en el pasado, se hacía publicidad a través de videos que informaban sobre la inminente llegada de un luchador. Esto permitía establecer qué personaje era, cuáles eran sus motivos, etc. Todo ello con la idea de generar “ruido” antes de que él pusiese un solo pie en el ring. Con Hall, sin embargo, la WCW concluyó que todos sabían de quién se trataba. “Bischoff, tienes una gran bocota. Aquí lo empezaste y ahora aquí lo vamos a terminar”. Hall también mencionó que no estaba solo, y que tendría una “gran sorpresa” para toda la WCW la semana siguiente. “¿Quieres una guerra?” —preguntó Hall— “¡aquí tienes una!”.

Y la WCW la tuvo definitivamente: una guerra en la vida real con la WWF que resultó de una demanda legal en la vida real presentada por la compañía de McMahon el 20 de junio. Un litigio que se dio, entre tantas otras cosas, por competencia desleal (respecto de la forma en que la WCW hizo parecer de que se trataba de un ángulo interpromocional—lo cual es irónico, si tenemos en cuenta el ángulo de Ric Flair en el 91—), violación de marcas (Hall parecía y hablaba similar a como lo hacía Razor Ramon), competencia desleal (WCW había afirmado en su línea de atención al cliente que la WWF estaba a punto de caer en bancarota—un poco exagerado, aunque también es cierto que este fue el año en que la WWF estuvo más cerca de hacerlo en toda su historia) y difamación y calumnia (por un incidente en el que se cayó la electricidad y Bischoff dio a entender que “la competición” tenía algo que ver con ello).

A la WCW le daba igual. La semana siguiente, Hall cumplió con su amenaza al traer a Kevin Nash para su debut, quien había competido en la WWF como Diesel. Él no sólo había sido campeón de la WWF, sino también la persona alrededor de la cual McMahon desarrolló su más reciente campaña de marketing: “La Nueva Generación”. La idea era que Nash era un producto fresco, a diferencia de tipos de la WCW como Hogan y Savage que eran un periódico de ayer. Como Hall, Nash empezó por reprender a Bischoff y a la WCW en su totalidad.

¡Han estado por aquí abriendo mucho su bocota durante seis meses!” —vociferó Nash— “¿Aquí es donde juegan los niños grandes? Vaya broma”.

La implicación era clara: Bischoff había estado haciéndoselas a la WWF en Nitro, a través de ardides como anunciar los resultados de los shows grabados y burlándose de sus estrellas. Ahora, aquí teníamos a las dos mayores estrellas de la WWF confrontando a Bischoff sobre sus acciones y amenazándolo con desmantelar toda la WCW. En un golpe que sólo puede ser catalogado de maestro, las palabras “WWF, Razor Ramon” y Diesel” nunca fueron mencionadas. Y en efecto, las palabras más pesadas nunca fueron dichas. La cereza sobre el pastel fue ver a la WCW derribando a la parodia hecha por la WWF “El billonario Ted”, una serie de fragmentos paródicos en los que actores ancianos actuaban como Hogan (“The Huckster”) y Randy Savage (El “Nacho Man”), haciendo muy poco por la WWF, y más bien generando interés en el producto de la WCW.

Todo nos condujo a Great American Bash ppv, un evento extraordinario, no sólo por las luchas en el ring sino por los planteamientos de guion que ha llevado a muchos fans a considerarlo como el mejor ppv estadounidense de todos los tiempos. Antes del evento principal, Hall y Nash aparecieron e interrumpieron los actos, generando la más grande reacción de todo el show. En efecto, la muchedumbre empezó a gritar “¡Diesel, Diesel!”, lo cual fue impresionante, puesto que ninguno de los dos había dicho su nombre en la promoción hasta el momento.

Después de insultar a Bischoff una vez más, Hall y Nash hicieron una solicitud clara: una lucha de tres contra tres en el siguiente Bash at the Beach ppv. Éste asintió, antes de que le preguntaran quiénes serían los tres de la WCW. Bischoff no le quiso decir, así que Hall lo golpeó en el estomago y lo envió a los brazos de Nash, quien lo agarró y a continuación le hizo una powerbomb sobre una mesa fuera del escenario.

El público se volvió loco. El Armagedón había llegado: la WWF estaba aquí, y estaban acabando con la WCW desde arriba.

Antes de continuar, es necesario decir que la manera en que la WCW había inicialmente bookeado a Hall y Nash no era nada del otro mundo. La idea para atraer dinero en wrestling es simple: crear un combate que los fans quieren ver, y todavía más importante, uno por el que pagarían por ver. Si los fans perciben que uno de los bandos tiene cero chances de ganar, ellos no van a querer verlo hasta el final. Después de todo, el resultado de todos los encuentros no debería ser predeterminado (lo cual es irónico, porque todo el wrestling profesional es predeterminado). También es crucial que las dos facciones sean percibidas como iguales: si un main-eventer lucha contra un chico low-card, los fans van inmediatamente descartar esa lucha. Cuando Hall y Nash hicieron su debut, ellos eran tratados como algo fuera de lo ordinario, ya que parecían absolutamente dominantes. Ellos eran una gran amenaza, no sólo para tal o tal luchador, sino para la WCW en su totalidad.

Nunca antes dos tipos habían llegado a una compañía y habían actuado como si ésta fuera su patio de juegos personal. A eso se le llamaba un “intento hostil de toma del poder”, y por Dios, eso es lo que era. Durante las luchas en las que ellos no tenían nada que ver, el equipo de anunciantes debía hablar sobre ellos, temiendo sobre lo que pudiese pasar cuando ellos se asomaran. Esos “outsiders” eran una amenaza que no sólo hacía que todos estuviesen en alerta, sino que provocaba que todo el equipo de anunciantes tuviese guardias armados que los protegiesen. Una cosa es dejar noqueado a un tipo en el ring, y otra, ser tan dominantes e intimidantes que obliguen a los guardias de seguridad a llevar ARMAS.

Esta fue una amenaza que la WCW tomó seriamente. La única forma de enfrentar a estos tipos, top en la WWF, era utilizar sus main-eventers. En efecto, desde la primera noche en que Hall hizo su aparición, no fue otro que Sting el que llegó a defender el honor de la WCW. Esto tiene sentido, si tenemos en cuenta que Sting fue considerado como el estandarte de la promoción, ya que a diferencia a diferencia de cualquier otro en WCW, nunca había dejado la compañía y había seguido en ella tanto en las buenas como en las malas. Si alguien podía detener esta embestida de la WWF, debía ser Stinger. No obstante, él necesitaba apoyo, que en este caso se materializaba en otras dos estrellas de la WCW: Randy Savage y Lex Luger.

Así, el equipo WCW estaba conformado. Sin embargo, seguíamos con una duda para Bash at the beach: ¿quién sería el compañero misterioso de Hall y Nash (ahora apodados como los “Outsiders”)? Claro, uno de los grandes argumentos para vender el ppv era la oportunidad de ver quién sería el tercer hombre, a pesar de que, en el pasado, el ángulo del “compañero misterioso” había terminado siendo un completo fracaso en el wrestling. No obstante, el hecho de que la WCW nos hubiese dado dos sorpresas monumentales con las apariciones de Hall y Nash convenció a los fans que la WCW presentaría otro gran nombre. Hasta el momento de las presentaciones en el ring, la pregunta estuvo en el aire: ¿quién era el tercer hombre?

Hubo varios rumores sobre quién sería el compañero misterioso de Nash y Hall. Puesto que Hall y Nash habían desertado y parecía que McMahon estaba teniendo problemas para mantener a sus talentos, una teoría hablaba de que el nuevo tránsfuga era Bret Hart. Y puesto que se sabía que Bret estaba siendo infeliz con su posición actual en la jerarquía de la WWF, parecía que él iba a ser el tercer hombre. Aunque en realidad, Bischoff no comenzaría las negociaciones con Bret sino hasta varios meses después de The Bash, así que nunca habría sido él.

Con el público estirando sus cuellos hacía la rampa de entrada, Michael Buffer hizo las presentaciones. Pero algo no estaba bien: sólo Hall y Nash entraron al ring. Los comentaristas inmediatamente empezaron a gritar de que esto era injusto, y con esto se quería enviar un mensaje, puesto que después de todo, ¿no debería estar el equipo de comentadores felices con el hecho de que fuese ahora un hándicap match?  Aparentemente no, puesto que Tony Schiavone, casi que derramando lágrimas empezó a gritar “¡deberían decirnos quién es el tercer hombre ahora!”. Su colega respondió “Ellos saben lo que están haciendo. Ellos nos tienen en el borde de nuestros asientos, haciendo que nos suden las manos”. Aquellos dos se veían seguros, y tanto el público del lugar como el resto de las personas que estaban mirando el evento en casa se preguntaban qué demonios estaba pasando.

Gene Okerlund fue hasta el ring para preguntar dónde estaba el tercer hombre. Hall, con un acento puertoriqueño, como el que había utilizado cuando era Razor Ramon, replicó “Tú sabes, Scheme Gene, tú sabes mucho en este momento. Todo lo que necesitas saber, hombrecito, es que está aquí y está listo”. Nash siguió sus palabras y proclamó “él está aquí, Gene, pero somos lo suficiente para manejar esto aquí y ahora”.

Él tenía razón, Nash y Hall comenzaron una completa disección del público de la WCW, noqueando a Luger casi que al momento de comenzar la lucha. Esto favoreció la especulación sobre si Luger volvería como el tercer miembro, aunque eso no estaba en los planes. Y sólo en caso de que la gente en casa no se hubiese dado de que Nash y Hall eran malas noticias, los comentaristas empezaron a rogar a un tercer hombre que saliera, para que el equipo WCW tuviera de nuevo una ventaja de 3 contra 2. Ellos necesitaban ayuda, puesto que los Outsiders estaban acabando con Sting y Savage. (Nota para los promotores de wrestling: así es como se bookean unos buenos heels). Finalmente, Sting pudo hacer el tag a Savage y el público se volvió loco. Un golpe bajo después, Savage estaba de nuevo en el piso.

Y justo cuando las cosas parecían más sombrías, la gran estrella de la WCW hizo una gran aparición en el pasillo: Hulk Hogan. Mientras éste bajaba por la rampa, los fans empezaron a gritar “WCW será finalmente salvada”.

Hogan analizó el ring, mientras Hall y Nash se salieron de él, dejando a Randy Savage sólo en el ring tendido de espaldas. Hogan observó nerviosamente alrededor del ring y miró por un momento en dirección al público. Sin dudas, Terry Bollea tenía varias reservas sobre lo que su personaje tenía qué hacer. Por primera vez en la década, y por primera vez desde que se tomó la nación como Hulk Hogan, estaba a punto de convertirse en heel.
El tercer hombre había llegado.

Hogan le hizo un leg drop a Savage. Sting volvió para intentar salvarlo, pero fue rápidamente despachado. Una y otra vez, Hogan le dio una paliza a Savage, parando sólo para darle los cinco a sus nuevos amigos. El mundo del wrestling veía a su número uno convertirse en heel. Y la WCW estaba a punto de despegar hacía la estratosfera.

Gene Okerlund mandó a tocar la campana una vez más para saber qué demonios había pasado. Hogan empezó su diatriba: “Significa Gene, que la primera cosa que necesitas hacer es decirle a esta gente que cierre la boca si quieren saber lo que tengo por decir. La primera cosa que tienes que entender, brother, es que este es el futuro del wrestling. ¡Llámalo el Nuevo Orden Mundial (New World Order) del wrestling, brother!”. Y así, el grupo tuvo su nombre

¿Qué los motivaba? “Estos dos tipos vienen de una gran organización del norte. Y todos se preguntan quién es el tercer hombre. Bueno, ¿quién sabe más de la organización que yo, brother? Hice de esta organización un monstruo. Hice que las personas se volvieran ricas ahí. ¡Hice que las personas que manejaban aquella organización se volvieran ricas, brother! Y cuando todo eso sea pasado, el nombre de Hulk Hogan, el hombre Hulk Hogan será más grande que toda la organización. Y luego el Billonario Ted quiso hablar de negocios con Hulk Hogan. Me prometió películas, millones de dólares y luchas de talla mundial. Pero en cuanto al Billonario Ted, como Bischoff, como la forma en que va la WCW, estoy cansado, brother”.

Los fans se empezaron a poner iracundos y lanzaron basura al ring. Lo que empezó como un vaso de papel, se convirtió en un montón de basura que caía sobre Hogan, Hall y Nash. En efecto, toda el área se transformó en cualquier cosa diferente de un ring de wrestling, más cercano a vertedero confinado por cuerdas y tensores.

Hogan continuó “en cuanto lo que me concierne, ¡toda la basura en el ring representa esos fans que están ahí! Por dos años, dos años, mantuve mi cabeza en alto; hice todo para la caridad, para los niños, y el recibimiento que tengo cuando salgo de acá, ¡se lo pueden meter, brother! ¡Porque si no fuera por Hulk Hogan, ustedes no estarían acá! Si no fuera por Hulk Hogan, Eric Bischoff seguiría vendiendo carne en un camión en Minneapolis. ¡Si no fuera por Hulk Hogan, el wrestling no existiría!”.

Tony Schiavone concluyó la transmisión con estas palabras: “estamos observando el fin de la Hulkamania…Hulk Hogan ¡puedes irte al infierno!, ¡derecho al infierno!

En este punto, el nombre New World Order estaba aquí, a pesar de los esfuerzos del comentarista Larry Zbysko por llamarlo New World Odor. Ese Larry, era un tipo muy listo.

Se venía un tiempo largo, tanto para Hogan como para los fans que habían crecido aburridos con la imagen de buen tipo que Hogan había utilizado durante varios años. En efecto, un puñado de fans habían estado abucheando a Hogan antes del cambio, y ahora tenían carta blanca para tirar sus pulmones contra el tipo. Hogan había visto caer su popularidad, llevando su carrera a una encrucijada: ser un chico malo no era lo que le gustaba per se, pero Bischoff le dio un excelente argumento: como babyface, Hogan había agotado su bienvenida, pero como heel, podría estar entre los principales de nuevo.

Era una buena razón, pero Bollea no era capaz de decidirse. Él tenía grandes reservas sobre dejar lo que había sido hasta ahora un rol seguro (aunque no por ello tan rentable como antes) como el chico bueno número 1 del wrestling. Él empezaba a decaer como babyface…así que, ¿por qué no fracasar como heel? Los chicos malos no venden camisetas, ni tienen roles importantes en películas. En efecto, como heel, Hogan nunca había luchado en un maint event. Además, no muchos, sino los fans más cafeteros, saben que Hogan inició su carrera nacional como heel para la World Wrestling Federation en 1979, bajo la tutela de managers malvados como Fred Blassie, enfrentándose a favoritos del público como Andre el Gigante. En efecto, su cambio a babyface se dio por accidente, cuando se suponía que debería debutar para la AWA de Verne Gagne el 9 de agosto de 1981 como heel, pero por alguna extraña razón, los fans se volvieron locos con él.

A mediados de 1996, Hogan tenía pocas opciones. Su contrato con la WCW debía terminar después de dos ppvs más y no tenía nada que más que lo impulsase. Él había intentado uno de sus trucos habituales, meses antes, pero éste había fracasado: Los playoffs de la NBA se acercaban, así que lo dejaron irse a filmar una película. Claro, los playoffs causaron un derrumbe de los ratings de Nitro, así que su plan era volver y decir que la razón de ello es que él se había ido a filmar la película. Hubo sin embargo un problema en su plan: él se fue mucho tiempo, y cuando los playoffs terminaron, Nitro empezó a hacer mejores números que cuando él era main-eventer cada semana. Así que, al menos dos semanas antes de Bash, Hogan había decidido convertirse en heel. La apuesta lo compensaba. Hulk Hogan, chico malo, se convirtió en la comidilla de la industria del wrestling. Su carrera se rejuveneció instantáneamente, dándole a la WCW una inyección de energía. Además, los fans que no seguían la WCW, querían saber qué había llevado a esa serie de catastróficas desdichas.

La noche siguiente en Nitro, Hogan emprendió otra diatriba, dejando salir sus sentimientos sobre la noche anterior, agregando que, si los fans no les gustaba lo que tenía por decir, “se lo podían meter”[1].

Cualquiera de los involucrados en el mundo del wrestling—especialmente promotores y bookers— deberían tomar nota que incluso cuando las cosas parecen surgir de un momento a otro, nada ocurre de la noche a la mañana. Todos los ángulos que la WCW bookeó a mediados de 1996 incrementaron ciertamente el interés del fan casual en el producto. Sin embargo, este interés no le dio suerte de inmediato a la compañía, ya que a pesar de todo el hype generado alrededor de Bash at the beach, el show vendió menos que el mismo ppv el año anterior (0.71 contra 0.82). Los ratings de Nitro subieron, pero fueron un poco engañosos, debido a una primera hora sin competencia. Y el House Show que creció un enorme 125 por ciento, fue el resultado del feudo Flair vs Savage que había empezado a comienzos del año y no tenía nada que ver con la nWo.

Con Hogan, Hall y Nash pisoteando a la WCW, parecía evidente que toda la promoción debía comenzar a congregarse para enfrentar esta invasión. El Gigante—campeón de la WCW en ese momento— dio un paso adelante para defender el honor de la WCW, además de su título. Este fue un giro mayor en la formación del ángulo, ya que El Gigante se había convertido en heel antes del cambio de Hogan.

Entonces, era toda la WCW contra el nWo, ya que los invasores empezaron a agredir a cualquiera de la compañía con una serie de ataques sorpresa, que terminaban con los miembros pintados con el logo de la nWo en spray. Uno de los que más sintió este ataque fue Rey Mysterio Jr. de 1.73 m por parte del grandulón de 2.13 m Kevin Nash, quien lo estrelló como dardo contra un remolque. Arn Anderson de los Four Hoursement también fue herido durante una paliza, mostrando que al nWo le daba igual si la persona era face o heel; todos eran sus enemigos. Todos, desde leyendas como Ric Flair, hasta luchadores de menos categoría como Brad Armstrong. Todos ellos se unieron contra la arremetida del nWo.

Para hacerle frente a todas esas personas, era claro que Hogan, Hall y Nash necesitaban de más miembros. Así que llegó el día de Hog Wild (un ppv anual que nació del Sturgis Motorcycle Rally). Las luchas tenían lugar en mitad del campo con miles de moteros borrachos, a quienes la WCW no les cobraba por asistir al evento. En otras palabras, la boleta costaba cero dólares. A pesar de esta ausencia de ingresos, la compañía mantuvo el evento durante los siguientes años, principalmente debido al hecho de que Eric Bischoff era un gran entusiasta de las motos.

En esta ocasión, los comentaristas Dusty Rhodes y Tony Schiavone (que parecían por sus atuendos, una pareja de moteros gays) abrieron el programa proclamando que la WCW se había tropezado con la evidencia de que la nWo estaba creciendo, y sus números crecerían, por lo menos en un hombre, al final de la tarde.

El show en sí fue más bien aburrido y soso, teniendo de un lado una lucha de mujeres en la que participó Madusa Micelli, quien se había hecho un nombre un año antes al aparecerse en Nitro tirando a la basura el título de mujeres de la WWF. Esta noche, Micelli derrotó a Bull Nakano de Japón, quien fue más o menos el espectáculo. Se trataba de una bestia de más de 200 libras, cuyo pelo medía como dos pies desde su frente. Ella parecía el puercoespín más brutal de Japón. Pero era una competidora extraordinaria en el ring, y las dos nos dejaron muy buenas peleas. Michelli y Nakano habían anteriormente tenido una fuerte rivalidad en la WWF, cuando Micelli, deseando mejorar la división de mujeres (que nunca había sido tomada en serio en Estados Unidos), le solicitó a McMahon a traer varias de las top stars de Japón. McMahon, sin embargo, pensó Micelli estaría mejor servida luchando contra Ronda Singh, de 350 libras, a quien había apodado Bertha Faye, la reina del parque de caravanas. Madusa estuvo más que feliz de irse de la WWF apenas tuvo la oportunidad.

Haciendo gala de la tradicional naturaleza xenofóbica del público del wrestling profesional (especialmente aquel en el cual se encuentran cientos de moteros completamente borrachos), Hog Wild vio a dos luchas enfrentándose por el derecho a romper la motocicleta del oponente. Debe mencionarse que el manager de Bull era el típico estereotipo japonés chiquitico, Sonny Onoo, quien luego iniciaría acciones legales contra la WCW por discriminación racial. Lo anterior, a pesar de que éste había dicho durante la lucha que él conducía su motocicleta “como un kamikaze”. En cualquier caso, a pesar de los mejores esfuerzos de Nakano y Onoo (quien infortunadamente no llegó a buen puerto con su misión suicida en su Honda), Madusa terminó haciéndose con el martillo para romper la moto ante la ovación del público.

De camino al evento principal, el New World Order no había revelado quienes eran sus nuevos miembros. Al menos no oficialmente. Durante el enfrentamiento entre los Outsiders contra Luger y Sting, parecía que el primero ganaría haciendo rendir a Hall. Sin embargo, el arbitro Nick Patrick, de forma voluntariamente accidental se enganchó a la rodilla de Luger, permitiendo a Hall agarrarlo para el conteo. Esto nos llevaría a un larguísimo ángulo en el que Patrick se volvería el oficial “oficial” del grupo. No obstante, en este punto, Patrick no era oficialmente heel y el nWo no había todavía reforzado sus filas.

De nuevo, en el main event, parecía como si solo el Gigante pudiera hacer algo, hasta que Hogan le dio un buen golpe con el cinturón de campeón, dejando al grandulón tirado durante los siguientes 15 minutos. Ellos debieron haber reemplazado el oro con el plomo. Pero más allá de aquellas inconsistencias metalúrgicas, la victoria le dio al nWo el primer campeonato, y sobre Hogan se posaron todos los reflectores de nuevo. Entonces salió Ed Leslie, amigo de vieja data de Hogan, y quien había sido un tipo de gimnicks realmente horribles. La última vez que los fans lo habían visto, se trataba del Bootyman, un personaje que agitaba su trasero ante la cámara para el deleite de nadie y utilizaba el high knee[2] (entiendo, ¿el “hiney”[3]?) como su finisher. Así que como Hog Wild tuvo lugar el día del cumpleaños de Hogan, Leslie, en un intento de adulación con el Hulkster le trajo un pastel. Hogan agradeció a Leslie, antes de proceder con los Outsiders a darle una paliza. Qué ingrato. Luego procedieron a escribir sobre él, con aerosol, las iniciales “nWo” haciendo que los comentaristas volvieran a empezar a gritar como locos.

Fue más o menos por esta época que el New World Order empezó a poner al aire una serie de viñetas en los shows de la WCW. Estos eran filmados enteramente en blanco y negro y contenían toda clase de extraños trucos con la cámara y el sonido. Parecía como si alguien hubiese filmado eso con media docena de temblorosas cámaras portátiles con defectuosos lentes de zoom. Al final de cada uno de esos segmentos, había un mensaje en blanco y negro que decía “el anuncio que acaban de ver fue pagado por el New World Order”. Era algo que nadie en el mundo del wrestling había visto hasta el momento, muy vanguardista y tan diferente que los fanáticos inmediatamente prestaron atención.

En efecto, los fans le prestaban atención a cualquier cosa del grupo en este momento. Ellos hicieron entrevistas en las que decían cosas que parecían que estuviesen fuera de cámara, algo que nadie había hecho hasta el momento. Ellos interrumpían peleas, amenazaban a los comentaristas, y al resto de la promoción en el camino. Más que nada, se pensaba, ellos hacían lo que ellos decían que iban a hacer. Ellos habían dicho que ganarían cinturones y lo hicieron. Ellos decían que les darían una paliza a algunas personas y lo hicieron. Y lo más importante para la compañía, ellos dijeron que iban a traer espectadores y con la invasión del nWo como historia principal de la promoción, los ratings de Nitro empezaron a estar por encima de los de Raw, dándole una completa paliza a sus competidores.

Viendo que el New World Order tenía fanáticos en las esquinas de sus asientos, se decidió que era el momento para agregar más miembros. Así que después de un ataque a sus compañeros del stable Dungeon of Doom, el Gigante bajó al ring al parecer por venganza contra Hogan y su grupo. No obstante, en un momento que no tuvo ningún sentido desde el punto de vista del storyline, Gigante traicionó a su equipo y se unió al nWo (la razón para este absurdo, fue que Davey Boy Smith debía ser el cuarto miembro, pero el día en que se supone que debía dejar la WWF, renovó su contrato por cinco años más). Incluso a pesar de que los nWo eran técnicamente heels, los fans pedían y gritaban por ese cambio de El Gigante, sobre todo porque los cuatro llamados “chicos malos” eran completamente raros y estaban en camino a destruir a los ocho luchadores más importantes de WCW.

Durante la presentación oficial del Gigante al grupo, Scott Hall, actuando como un payaso, le preguntó si Andre el Gigante era en realidad el papá de El Gigante, haciendo referencia a un patético ángulo del año anterior, en el que esta afirmación era tomada como una verdad. Así que completamente molesto con aquella improvisación, el Gigante miró fijamente a Hall y con una mirada asesina le respondió “no vayas por ahí”.

Poco después del cambio de bando del Gigante, Ted DiBiase hizo su aparición en Nitro sentado en el público. Él se convertiría eventualmente en el portavoz del New World Order. Esta trama tenía un poco más de sentido. Sobre todo, teniendo en cuenta que el personaje de DiBiase en la WWF era el Million Dollar Man, y él explicaba que era el benefactor que permitía al grupo tener talento de alto valor y comerciales al aire en la televisión de la WCW. El grupo veía entonces la llegada de su miembro número 5.

El miembro número 6 fue todavía más chocante puesto que se trataba del luchador número 1 de la WCW combatiendo contra su compañía: Sting. Aunque no era en realidad Sting, y se trató del comienzo de un tremendo ángulo que ayudo a montar el ppv más exitoso de toda la historia de la WCW. Irónicamente, sin embargo, el primer ángulo que fue filmado en esta trama hizo que más o menos 700.000 personas cambiaran de canal inmediatamente.

El ángulo empezó en septiembre 9 de 1996, en Nitro. La limosina negra del nWo estaba esperando en el parqueadero, cuando Lex Luger se fue a darle caza a la gente de ese grupo. Fuera del auto, en la tenebrosa noche, salió Sting, quien, con la ayuda del resto del grupo, procedió a darle una paliza a Luger. Esto tenía poco sentido, si tenemos en cuenta que Sting había sido la voz cantante contra los invasores y había, en efecto, suplicado a Flair y Anderson de unírsele a él y a Lex Luger para luchar contra ellos en el próximo War Games que tendría lugar en Fall Brawl. El Team WCW parecía un desastre, ya que después de todo, si Sting estaba en el otro lado, ¿quién defendería el honor de la WCW en War Games?

Además de la pelea de War Games, el aspecto más notable de Fall Brawl 1996 fue el increíble número de luchas destacadas que hubo en el show. No sólo Chris Jericho hizo su debut en un PPV de la WCW contra Chris Benoit en un evento fantástico, sino que Juventud Guerrera, Chavo Guerrero Jr, Super Calo, Rey Mysterio y Diamond Dallas Page tuvieron increíbles salidas también. Esta sería la fórmula que los PPV de la WCW conocerían: fantásticas luchas preliminares, seguidas por peleas en evento principales con grandes nombres que no eran muy buenas desde el punto de vista del wrestling. Y cuando Sean Waltman —conocido en la WWF como el 1-2-3 Kid— se unió al nWo como Syxx (porque ya saben, era el sexto miembro, ya que Sting no se había en realidad unido) el grupo se encontró con trabajadores talentosos que estaban dispuestos a ayudar a llevar la carga en sus luchas antes de los eventos principales.

Waltman había en realidad establecido su debut en Hog Wild después de que la WWF acordó liberarlo de su contrato. Sin embargo, los planes de la WCW para su debut debieron prolongarse puesto que la WWF “olvidaba” constantemente enviar los papeles de la liberación. Extrañamente, su regreso a la WWF años después, también lo mantendría estancado en medio de un juego político.

Mientras los eventos principales eran generalmente malos en el ring, sería equivocado decir que les faltaba drama. No importaba que el drama no tuviera ningún sentido. En efecto, la lucha de los War Games tuvo a todos pegados a la acción, con la pregunta ahora invertida: ¿quién desearía hacer equipo con Flair, Luger y Arn para acabar con la nWo? La pregunta parecía no tener respuesta en una entrevista inmediatamente anterior al evento principal de los War Games, en la que Sting aparecía ante sus antiguos compañeros alegando inocencia: “Todo lo que tengo que decir es que no soy yo, no fui yo Lex”. Nunca se explicó por qué Sting esperó seis días para tener esta charla con sus amigos en lugar de llamarlos de inmediato para explicar que no había sido él quien los atacó. Luger, Anderson y Flair no le creyeron, y entonces, como una banda de idiotas babyfaces, el grupo bajó al ring para enfrentar a Hall, Nash, Hogan y su compañero, que no era otro sino…Sting.

Pero claro, no era el verdadero Sting, sino el impostor. El público se dio cuenta de ello de inmediato, a pesar de que los comentaristas no lo hicieron. Minutos después, el verdadero Sting llegó al ring y los comentaristas se dieron cuenta. Sin embargo, el resto del Team WCW sólo retrocedió y observó al verdadero Sting ir al trabajo, aparentemente sorprendido por sus acciones. Luego de haberse encargado de todo el nWo, volteó en dirección a Luger y gritó “¿Esto es prueba suficiente para ti?” Luego procedió a mandar al diablo a Luger y se fue del ring. Anonadado por la partida del verdadero Sting, Luger fue víctima del falso Sting y el nWo se marcó otra victoria. Para cerrar la noche, Randy Savage —otro chico bueno que se suponía que tendría la próxima oportunidad por el título de Hogan— fue completamente arrasado por el nWo, dando la impresión de que no tendría ninguna suerte.

Para Sting, la trama en la que fue traicionado tanto por la WCW como por el nWo empezó a desarrollarse.  Él cambió totalmente de imagen, cambiando su típico clásica chaqueta tipo Sgt. Pepper por una larga gabardina negra. También se fue su peinado rubio puntiagudo y su actitud extrovertida. En su lugar, quedó una silenciosa y casi fantasmal figura que se parecía al personaje de la película de El Cuervo. Además, debió pasar más tiempo en las vigas, observando silenciosamente las actuaciones. Cada semana, los comentaristas se preguntaban sobre sus lealtades, valiéndose de pistas como el color de su maquillaje para indiciar si era o no del nWo. Nunca dio entrevistas y aunque no luchaba, seguía siendo presumiblemente el elemento más interesante de la compañía.

No sólo los ratings se elevaron, sino que los eventos tomaban también una dirección diferente. Durante todo el otoño, la WWF y la WCW se enfrascaron en una de las más grandes pujas de la historia del wrestling por los servicios de Bret Hart. WCW lo quería como el salvador de la compañía para las grandes peleas con Hogan y sus compinches. La WWF no quería perderlo. Ambas compañías habían hecho grandes ofertas nunca antes escuchadas en la industria: WCW le ofreció un contrato de 2.8 millones por tres años, mientras la WWF un contrato de 12 años por 12 millones de dólares. Al final, él firmó lo que suponía iba a ser su último contrato con la WWF de su carrera, lo cual al final terminó siendo, aunque no de la manera que él esperaba[4].

Pero no fue el único grande que firmó. Hogan renovó con un lucrativo contrato de tres años después de afirmar que la WWF estaba ofreciéndole un contrato de 5 millones de dólares para irse de la compañía. Nadie en verdad le creía, excepto aquellos con una posición para escuchar su embuste. Roddy Piper también firmó un trato para venir y recrear su feudo de mediados de los 80s con Hogan. A pesar de que él apenas podía moverse después de haber sufrido una cirugía de cadera, fue un movimiento listo de la WCW, ya que la audiencia de Nitro era más vieja que la de Raw, y así la nostalgia los hacía recordar aquellas grandes estrellas de su juventud.

Y aquella audiencia estaba creciendo. El 26 de agosto, Raw fue adelantado a causa del torneo de tenis U.S. Open y Nitro desarrolló un ángulo alrededor de Sting que marcó, sin oposición, un 4.3 en rating: de lejos, el número más grande en toda su historia. Cosas empezaban a ocurrir.

Habían pasado cinco meses desde el inicio del ángulo con el New World Order, y éstos tenían absoluto éxito. La WCW parecía una banda de ineptos, puesto que Hall y Nash ganaron tanto los títulos de pareja como el United States title (todo rápidamente). En Halloween Havoc, un show con el record de haber hecho $94.000 en su primer día de venta de boletas, la WCW puso a Savage contra Hogan en un esfuerzo por recuperar el título mundial de la WCW. No obstante, a pesar de que tuvieron luchas muy buenas en la WWF, esta vez, el encuentro apestó, debido a que los dos tipos parecían ya estar entrados en años, lo cual se vio.

Y hablando del Padre Tiempo, éste apareció en una forma humana llamada “Rowdy” Roddy Piper al final del show.

Así que estás aburrido”—empezó Piper— “¡Vine aquí para romper tu monotonía! No estoy acá para representar a la WCW, la NWA, o el SPCA o SOB, además que puedo ser SOB cuando se me de la gana. ¡Sólo soy un gran ícono en el deporte como tú, Hogan! ¿Sabes qué te molesta? ¡Que soy el único tipo al que nunca has vencido!”.  

Aunque aquello no era completamente cierto, nos empezó a montar para Starrcade 1996 a Hogan vs Piper. Pero antes de que tuviera lugar aquello, Eric Bischoff salió en Nitro para decir que por razones (en las cuales no entraremos) la pelea entre Hogan y Piper no tendría lugar. Interrogado por los comentaristas, Bischoff empezó a echar humo. Él había argüido que, a pesar de sus mejores esfuerzos, Piper no le devolvía las llamadas ni sus correos en los que le decía que firmara el contrato para enfrentar a Hogan. Algo parecía que no iba bien. Pronto Piper llevó contra la esquina a Bischoff en el ring, y el nWo entró para revelar su nuevo miembro: ¡Bischoff en persona!

Existen muchas razones por las que Bischoff se convirtió en el líder en pantalla de la nWo. Primero, y más importante, era que Raw se había movido a una hora antes de 8 a 9 pm. Sabiendo que ahora tendrían que promocionar una buena hora de Nitro que evitara a los fans cambiar de canal a Raw, la idea de Eric era dividir el show en dos: una hora que fuera un show de nWo, y otra que fuese el show de la WCW. La gente reaccionaba más al nWo en los programas, así que Bischoff pensó que nWo vs Raw sería mejor que WCW vs Raw. También quiso que todos supiesen que estaba en directo haciendo comentarios al mismo tiempo que Vince McMahon, porque le gustaba volver loco a Vince semana tras semanas, a miles de kilómetros lejos de ahí. Y claro, también le gustaba la idea de ser una estrella de televisión con el grupo heel de moda en el wrestling.

Bischoff, el personaje, fue uno de los líderes en las tramas relacionadas con el nWo.  Desde esa perspectiva, tenía sentido que quien había orquestado la llegada de todos esos exWWF, o aquel que les dio a los invasores aquella libertad para hacer lo que quisieran tuviese el derecho de serlo. Y no se equivoquen, Bischoff era muy bueno en ese rol. Su actitud petulante y arrogante había alienado a varios fanáticos del wrestling, y ahora tenía la oportunidad de ser, con todo, lo que quería ser.

Su primera orden fue darles la oportunidad a los luchadores de la WCW de unirse a la organización de elite más prestigiosa que la industria del wrestling había visto, vía una campaña de membresías para el New World Order. Efectivamente, él le dijo a todo el roster que o estaban con ellos o contra ellos. Esto llevó a un montón de mid-carders —Big Bubba, Soctt Norton, Michael Wallstreet, entre otros— a unirse a ese conglomerado de heels, y este pudo ser el primero de los errores de Bischoff en el bookeo de la trama del New World Order. Antes, el nWo eran los tipos de nivel top de la industria. Ahora, se había reducido a un montón de luchadores que estaban lejos del top, ganándose fácilmente su entrada al otrora grupo de élite.

El siguiente PPV, World War 3, tuvo una sobrevendida y confusa batalla royal de tres rings y 16 tipos. En el show, Hogan y Piper habían tenido otra confrontación en la que Hogan informó al mundo que Piper era en realidad un viejo con una cadera de plástico, llegando al punto de alzarle la falda, para mostrar al mundo la cicatriz de su cirugía de reemplazamiento de cadera. Después de apodar a Piper “Pegleg Pete”[5], Hogan firmó el contrato para una lucha en Starrcade. Un contrato que, según la trama, Piper había traído (no se olviden de este detalle, va a ser importante después). Luego el nWo le dio una paliza a Piper una vez más, aunque estaba vez Piper pudo ponerse de pie y volver cojeando. El resto del show fue algo más bien tranquilo, con el Gigante ganando la batalla royal por una oportunidad por el título de Hogan que tendría lugar en algún momento en el futuro.

El contrato firmado montó lo que sería Starrcade, que había sido tradicionalmente el show más grande del año de WCW. Y, como muchos de los otros ppvs que le precedieron, tuvo muy buenas luchas de los sospechosos habituales de siempre como Dean Malenko, Chris Benoit y Eddy Guerrero. Además, en una de las primeras victorias de la WCW desde la formación de la nWo, Lex Luger cubrió al Gigante, luego de que Sting bajara al ring, le susurrara algo al oído y le dejara su habitual bate de beisbol, con el cual Luger le dio al grandulón para el conteo.

El evento principal, claro, era el atractivo del show. A pesar de que aquellos dos tipos no tenían el mejor físico en estos momentos, Hogan vs Piper cobró muchísima atención, sobre todo por parte de los fanáticos casuales de la WCW. Aquellos fanáticos, seguramente recordarían sus batallas del pasado (como el primer Wrestlemania o aquellos combates en MTV que lideraron), así que el factor nostalgia pegó fuerte. Y para ser honestos, la trama que nos trajo a esta pelea estuvo bien montada, con los dos tipos llevando sus roles a la perfección: Hogan en la cumbre como un matón insoportable, y Piper como el babyface que nunca se rendía.

Aunque la construcción de la rivalidad fue muy buena, la pelea por el contrario no. Fue muy evidente, incluso para el más fanático de Piper, que sus mejores días ya se habían ido; y Hogan, a pesar de su novísimo rol como chico malo, no parecía mejor. Los dos tipos se la pasaron lastrados alrededor del ring, haciendo lo que mejor podían, dando bofetadas como si fueran una pareja de mariquitas. Piper finalmente perdió el control con un cómico ataque de patada y puño, al que Hogan respondió con aruñazos. Basta decir que estuvo lejos de que los fans se habían imaginado luego de una tarde llena de excelentes luchas por parte de los mid-carders. El público cayó en silencio, esperando la ineluctable llegada de los nWo, pero Piper estuvo listo para deshacerse del Gigante y le aplicó un sleeper a Hogan, el movimiento más old-school que hay. El brazo de Hogan bajó tres veces, y el arbitro Randy Anderson mandó a sonar la campana.

El público estaba anonadado. ¿Desde hace cuanto alguien no ganaba una lucha con una llave sleeper, por Dios? No duró mucho este pensamiento, sin embargo, antes de que aprehendieran que Hogan había sido derrotado. Mientras la muchedumbre celebraba, todos esperaban el momento en el que el cinturón dorado se posara en la cintura de Piper. No obstante, nunca pasó, puesto que la pelea fue una inexplicable lucha sin título. Y puesto que Piper fue el que llegó por su cuenta con el contrato (por eso les decía que iba a ser algo importante), por este medio nominamos a Roddy Piper como el babyface más tonto de 1996. Pero también debemos condenar a la WCW por promover una pelea que era más que evidente que se trataba de una lucha por el título. La WCW nos metió el más grande gato por liebre en el mayor show de todo el año, una estafa que será recordada por muchos por ese agrio final.

Dejando de lado la forma en que se escribió este final, el show puede ser considerado como un gran éxito. Se hizo un 0.95 de buy rate (el cual supera a cualquier otro show del año) y dobló el de World War 3 de un mes antes. La compañía también se hizo otra victoria en la Monday night wars, acabando con Raw con un margen de 3.51 contra 1.64 (un gigantesco logro, teniendo en cuenta que el primer lunes en la noche del año, ellos habían perdido la batalla con un 2.61 contra 2.52).
Nadie podía negar que la compañía estaba en muy buen camino, haciéndose buenos buy rates y ratings, como nunca antes la WCW había visto. Bischoff tenía la fórmula, las estrellas, y más importante aún, tenía la competición que todo el mundo moría por ver. Y lo seguiría haciendo durante un año entero, desarrollándolo no sólo con anticipación, sino con enormes e inevitables buy rates.
Sí, tenía todo el mundo al alcance de su mano, y por difícil que pareciera imaginarlo, 1997 sería aún mucho mejor.



[1] N del T: Es la única traducción que se me viene en este momento en la cabeza para “stick it”.
[2] Como rodillazo alto
[3] Que significa culo
[4] N del T : Este libro fue escrito antes del regreso de Bret Hart a la WWF. Por tanto, este comentario puede parecer obsoleto.
[5] N del T : algo así como Pete Pata de Palo