sábado, 23 de mayo de 2020

La muerte de la WCW (5) Momentum es dinero (Parte 1)

Me acabo de dar cuenta que la última vez que escribí un fragmento de este proyecto para todos los que vimos la WCW fue hace dos años. Infortunadamente un día eres joven y tienes tiempo para leer lo que quieres y participar en esta clase de cosas, pero al siguiente llegan las ocupaciones, y estas actividades pasan a un segundo plano. Voy a intentar recuperar un poco de este trabajo, aunque no prometo nada. Sólo espero que no pasen dos años hasta que pueda tener otro espacio para poder traer al español, las palabras de este interesante libro.

Mismas indicaciones que en post anteriores: no soy traductor de profesión, así que puedo cometer errores. Si los ven, les pido que me los digan para corregir. De resto, espero que puedan disfrutar de este texto.

Viene de:
Introducción
Parte 1
Parte 2
Parte 3


Capítulo 4 (Parte 1)
Momentum es dinero

“Leí en algún lado de que si algo está sirviendo, no tienes por qué arreglarlo. Nuestros ratings eran altos, nuestras arenas vendían toda la boletería y nuestro merchandising no duraba mucho en los inventarios. Tienes razón…debe haber algo malo con Nitro”. 
Eric Bischoff respondiendo a un fan, que le preguntó en un chat de Prodigy del 17 de abril de 1997 por qué Nitro era tan repetitivo

El 9 de marzo de 1998, la edición de Nitro del lunes vendió por novena vez consecutiva toda la boletería de la arena, sin mencionar que la compañía ya había vendido todas las entradas de los once espectáculos que le seguían. Nunca antes habían agotado toda la boletería en once lugares diferentes de manera consecutiva.

Pero estas no eran las únicas buenas noticias. El negocio, comparado con 1997, estaba en la cima. La asistencia en enero promedió 8.023 fans pagando por show, es decir, un 49% por encima de lo que había hecho el año anterior. La taquilla promedió $157.019 por mes, aumentando las ganancias en un 150%.  El ppv Souled Out de enero, que había marcado 0.47 de buy rate el año anterior, había aumentado a 1.02, un 173% de más, trayendo consigo un claro aumento de los ingresos del 173%.
La compañía estaba por las nubes y, no obstante, la lección del año anterior no sería aprendida sino hasta muchos después. Tristemente, algunos en lucha libre nunca aprenden nada.

La lección era que cuando las cosas están en caliente en wrestling profesional, los promotores no pueden equivocarse. El bookeo puede ser horrible, las luchas pueden ser horrendas, las storylines pueden no tener sentido, los espectáculos de televisión y los ppv pueden irse a pique, y pueden promocionarse a los luchadores equivocados. Nada de eso importa. Puesto que las cosas están muy bien, los fans van a gastar su dinero en el producto. Claro, cualquier daño que se genere durante este periodo eventualmente pasará factura; sin embargo, los promotores que viven sólo de los ratings de la mañana del martes sólo les importa el momento. Infortunadamente, años después, WCW aprendería la otra mitad de esta lección: cuando las cosas están mal, los promotores no son capaces de hacer nada bien. 

Siempre ha existido la teoría de que el negocio del wrestling es cíclico: una superestrella o una acción puede tomar un vuelo increíble, antes de que las cosas se enfríen y vuelvan a ponerse de nuevo calientes. Pareciera que nadie se haya parado a preguntar sobre el porqué y sólo se acepta. No obstante, la explicación es hoy en día un poco obvia para cualquiera que sea ajeno al negocio de la lucha.

Primero, una superestrella coge vuelo. No hay necesariamente una explicación de por qué pasa esto.  A veces un tipo aparece y la compañía sabe el día en que la va a explotar. La Roca es el mejor ejemplo de esto, ya que había oficiales de la WWE que predijeron que sería la estrella más importante del negocio en el año 2000, luego de su primera lucha. Aunque bueno, en realidad él logró serlo mucho antes de lo previsto. Pero también existe otro tipo de personas que nadie los tiene en su radar, porque simplemente llegan de la nada al lugar adecuado, en el momento adecuado, con el gimnick adecuado, como Stone Cold Steve Austin, la mayor estrella en la historia del wrestling (en términos de recaudar dinero). 

Si una estrella logra prosperar, también puede cambiar una compañía alrededor de él. De hecho, Austin cambió toda la WWF, al punto de hacer que, de perder 6 millones de dólares en 1996, ganara 456 millones unos años después, convirtiendo a Vince en un legítimo billonario malvado. Pero como dice el adagio, nada dura para siempre. 

Eventualmente, las estrellas más brillantes terminan por enfriarse. Nadie está exento de esto. Claro, puede seguir siendo popular e incluso convertirse en icónico como El Santo en México. Pero no va a vender millones de dólares en entradas y ppv por siempre, especialmente luchando en contra de los mismos adversarios a los que se ha enfrentado toda la vida. En el peor de los casos, si siguen manteniéndolo en la cima, los fans van a terminar por detestarlo, dejándolo más expuesto que nunca.
En un mundo perfecto, la compañía debería utilizar su (aún) gran superestrella para crear una nueva superestrella, un sucesor. Infortunadamente, para hacerlo de manera correcta, el sucesor debe ser bookeado de manera que parezca un verdadero sucesor. Esto quiere decir que tiene ganar un montón de luchas antes de vencer a la gran estrella.

Creo que pueden ver el dilema.

Los promotores muy raramente han sido capaces de reemplazarlo hasta que es demasiado tarde. Si ellos ven montones de dinero llegando a su compañía, no son capaces de entender que hay qué cambiar la fórmula tarde o temprano. Los promotores de wrestling son bien conocidos por ser cortoplacistas. Como lo señalamos antes, ellos viven del momento (del sonido de las ovaciones del público, del rating de los días siguientes, del próximo buy rate). Ellos no tienen visión de largo plazo para darse cuenta cuándo las cosas no están frescas, ni tampoco del hecho de que la fortuna se puede ir a pique en cualquier momento, incluso más rápido que el ascenso.

Hay una vieja frase popularizada por Bret Hart en el gran documental de Paul Jay Wrestling with Shadows, según la cual, los promotores montan un luchador como si fuera un caballo, es decir, hasta que éste no pueda andar más y luego simplemente le pegan un tiro en la cabeza. Inevitablemente, ellos montan ese caballo hasta que éste ya no trae mucho dinero, y cuando las cosas empiezan a decaer, ellos caen en pánico. Un pánico que termina por influenciar tanto al buen booking como al más inepto, llevando a una aceleración de la decadencia, que lleva al punto de que la compañía se vuelva tan insípida a los ojos de los fans, que no se puede hacer nada. Claro, para quienes están en el negocio del wrestling, especialmente aquellos que han bookeado sus promociones en ese período malo, esto les parece absurdo. El wrestling es siempre cíclico y no existe ninguna razón lógica para ello; y en caso de existir una razón, pues bien, no tiene nada qué ver con aquello que ellos han o no hecho. 

Cuando Eric Bischoff creó la fórmula ganadora que llevó a Nitro a pelear cara a cara con Raw, llevó a la compañía al éxito. Él puso unas luchas de marca mayor como Hulk Hogan vs Lex Luger en la televisión gratis para ganar audiencia. Además, compró todos los mejores talentos para llevarlos a la televisión lo más rápido posible; firmó convenios de trabajo con empresas en Japón y México con el ánimo de traer buenos talentos de todo el mundo, y presentarlos ante un nuevo público. El show tenía básicamente todo: grandes nombres, gran talento y buenas luchas. Si querías ver superestrellas ya consolidadas como Hogan y Sting, podías ver Nitro.  Si querías ver buenas luchas con especialistas y técnicos como Dean Malenko y Chris Benoit, podías ver Nitro. Si querías ver locos enfrentamientos extremos con luchadores mejicanos, podías ver Nitro. Era el mejor de los mundos y la compañía estaba en su punto máximo de temperatura. 

Las cosas estaban alcanzando un pico en los inicios de 1998. No obstante, por cada dólar que ganaba, la WCW cometía un estúpido error. Por cada millón que hacía, cometía un gigantesco error que le costaría bien caro al final.

El error más grande de todos era no cambiar nada. Nunca. Al comienzo, esto no sonaba nada mal, ya que ellos habían hecho muchísimo más dinero en un solo año, del que habían perdido en los anteriores. ¿Por qué habrían de cambiar?

La respuesta, claro está, es porque nada es para siempre.

¿Esas grandes estrellas? Algunas de ellas eran ya viejas. Además, varias de ellas ya eran viejas en 1995, y ya habían pasado 3 años desde entonces. Algunas ni siquiera podían dar una buena lucha para salvar sus vidas, o peor aún, escasamente se movían. La nostalgia ya se había ido, y ahora las otrora luchas de marca mayor se habían agotado y los fans estaban ansiosos por ver algo nuevo. Ese algo nuevo, pensarán ustedes, podría venir de los chicos menos famosos que nos habían dado esas buenas luchas durante los tres años anteriores.

Las buenas noticias eran que esos chicos seguían dando muy buenas peleas. Las malas eran que seguían siendo las mismas buenas luchas, contra los mismos chicos que se enfrentaban desde 1995, como Rey Mysterio vs Juventud Guerrera, en la que los fans habían visto en innumerables ocasiones la misma huracanrana.

En esencia, Nitro era en 1998 el mismo show que habíamos visto en 1995. Cuando has visto muchas horas de televisión a la semana, tres años se sienten como tres décadas. Cualquiera que sepa de la industria de la televisión sabe que ningún programa semanal con las mismas estrellas (sin importar qué tan alto se encuentren) dura para siempre. 

A comienzos de enero, dos grandes cambios en la televisión tuvieron lugar, llevando las cosas a peor. Primero, después de presiones internas de parte de la TBS, WCW creó un nuevo programa que tendría lugar los jueves en la noche, Thunder (que originalmente iba a ser un show exclusivo de la nWo, pero esa idea fue defenestrada a raíz del fracaso del Nitro del nWo). Bischoff se opuso completamente, al darse cuenta de que terminaría por sobresaturar el mercado (algo que eventualmente pasó, aunque no al principio) y hacerse con algunos de los números de Nitro. No obstante, los 12 millones que pagó la TBS a la compañía lo hicieron cambiar de parecer. 

El lado negativo de agregar Thunder era, desde el punto de vista de los chicos, que tendrían que incluir, de un momento a otro, 52 eventos más en sus calendarios del año. Uno de los beneficios de trabajar para la WCW en aquellos días, era de que podías hacer más dinero que en la WWF y trabajar menos días. Ahora, con un nuevo programa de televisión y más eventos, el calendario se iba a poner más pesado, y los tratos garantizaban que los luchadores tendrían que asistir a esos eventos extra “de manera gratuita”.

De manera sorprendente, nadie en la WCW tuvo idea de si el primer capítulo iba a tener dos o tres horas de duración, sino hasta un par de días antes. En realidad, terminó siendo de 3 horas y 15 minutos, desorganizando el resto del horario de la TBS. No obstante, fue más una especie de show tranquilo (si lo comparamos con WCW Saturday Night), que terminó siendo el (supuestamente) primer programa con más alto rating de en la historia de la televisión por cable con un 4.0. Para que tengan una idea de lo importante que era la WCW en esa época, el 15 de enero Thunder se hizo un 3.7 en rating, a pesar de que un fallo en el satélite destruyó la calidad de la imagen y causó que todo el show fuera básicamente imposible de ver (contrariamente a varios años después, en los que el show era completamente imposible de ver, sin importar si la imagen era buena o no).

El segundo cambio mayor tuvo lugar el 26 de enero, en que Nitro fue transformado y se le dio una hora de más, haciéndolo un programa de tres horas. Si cuatro horas semanales de WCW no eran suficientes para los fans, se les dio cinco. Mientras tanto en Raw, la WWF estaba preparando Wrestlemania XIV, mostrando, en buena parte de esas semanas, a quien sería el árbitro de la lucha por el título de la WWF entre Shawn Michaels y Steve Austin: Mike Tyson. Como resultado, una vez terminaba Nitro, los fans saltaban a Raw. Y en lugar de mover de horario el programa para tener un cabeza a cabeza con Raw (Nitro estaba al aire de 9 a 10, mientras Raw de 9 a 11), la decisión que tomaron fue otorgarle a Nitro una hora más (ya habían experimentado con el espectáculo de las tres horas a finales de 1997). Por ende, terminaron teniendo una primera hora sin oposición, cuyo rating era sumado al acumulado total.

Además de todo el tiempo adicional en televisión, el año inició con un nuevo récord: 26.733 fans y una boletería por $510.610 por el show del 5 de enero en el Georgia Dome. El show es recordado por una entrevista clásica entre Bret Hart y Ric Flair, en la que el primero dijo que si el segundo (que seguía teniendo los mejores números de rating de la compañía) tenía un problema con él, autodenominándose el mejor que ha estado, sigue y seguirá en la empresa, tendrían que resolver esta situación. Para algunos era un poco temprano bookear esta lucha, pero el público estaba claramente pidiéndola. 

Bret vs Flair tuvo lugar en el primer ppv del año, Souled Out. El evento fue considerado un gran éxito, atrayendo a 5.087 fans que fueron al Dayton’s Hara Arena para ver a Luger vencer a Savage en un horrible evento principal. Peor aún, ellos tuvieron la oportunidad de tener como lucha estelar a Hart vs Flair, pero al final decidieron ponerla en las luchas de categoría intermedia. La razón de que Luger y Savage cerraran el ppv, fue que Hulk Hogan haría una intervención, y claro, él no podía entrar en una lucha que no fuera la principal. El buy rate del show cerró con un número más alto que los shows encabezados por Hogan, pero fue gracias al hype generado por la que sería la excelente lucha entre Hart y Flair.

¿Cómo premió la WCW a estos dos hombres por habernos dado una lucha tan genial y haber generado un muy buen rating y un gran buy rate? Mandando a la basura esta rivalidad tan atrayente, y dejando a Flair fuera de los shows por varios programas. La razón de esto último es que la gente aclamaba a Flair, y ellos querían que fuera un chico malo. Si la gente no podía abuchearlo, entonces era necesario castigarlo con su ausencia (irónicamente, más adelante en el año, cuando Bret era aplaudido a pesar de haber sido bookeado como heel, también fue sacado de la televisión).
Si no fuese suficiente aquel horrible evento principal, otro desastre tuvo lugar en el ppv, cuando el Gigante aterrizó sobre su cabeza, luego de que Nash intentase una powerbomb. Los dos habían logrado esto exitosamente en febrero de 1997, pero un año después, Nash estaba físicamente más débil luego de su lesión de rodilla y El Gigante, por su lado, había aumentado, al parecer, 45 kilos, por culpa del consumo de cantidades masivas de pizza y leche. Por ende, Nash lo levantó y luego lo lanzó haciéndole estrellar su cuello con la lona. Gigante estaba ok. El comisionado de WCW J.J. Dillon anunció más adelante (agregándolo en una storyline) que la powerbomb estaría vetada a partir de ahora. Claro, este veto no afectaba a nadie en la compañía salvo a Nash, quien empezaría a utilizarla regularmente, convirtiéndose en un rebelde babyface por esto. Al comienzo, él sería “multado por $150.000”, luego “arrestado” en cada ocasión en que la hiciera. Finalmente, los bookers se olvidaron de todo y el ángulo quedó por ahí.

Hogan era omnipresente en la televisión. Algunos encontraban esto raro, puesto que él estaba sin contrato por aquellos días. Muchos en los camerinos pensaban que era más bien uno de los últimos movimientos políticos del más grande estratega en la historia del wrestling. Hogan se hacía unos $5 millones de dólares por año, y sabía que la WWF no podría ofrecerle nada que se le acercase, ya que en estaba invirtiendo millones de dólares en Tyson para Wrestlemania. Así que, utilizando el control creativo al que tenía derecho por contrato, se bookeó a sí mismo en televisión, haciéndose completamente indispensable e iniciando al mismo tiempo rumores de que se iba a cambiar de barco a la competencia. Esto funcionó, y no sólo porque logró que le dieran un nuevo contrato por $5 millones, sino que además, logró un bonus de $1.5 millones al mismo tiempo. Algunos, pensaban que, desde un punto de vista corporativo, sería muy torpe para la WCW no volver a firmar con él, teniendo en cuenta de que en un show no televisado del 31 de enero, él lucho contra Sting, atrayendo a 18.759 fans y generando $325.154 en la taquilla. Un nuevo récord para la compañía.

Si alguien necesita una muestra de la importancia de la compañía, Sin City Productions empezó a trabajar a comienzos de ese año en un video porno llamado Nude World Order. Si la industria del porno se fija en tu producto, es porque estás haciendo algo muy bien

No sólo la compañía estaba haciendo muy buenos números en la taquilla, sino los ratings seguían funcionando muy bien. En efecto, la guerra de los ratings había sido desastrosa para la WWF, teniendo en cuenta de que el Nitro del 2 de febrero, que tenía en su evento principal a Hogan vs Savage por millonesima de vez, hizo su segundo más alto rating en la historia: un 4.93 contra un 3.45 de raw. Este había sido el récord más impresionante hasta este momento, desde el 4.97 del 25 de agosto de 1997, en que Raw había sido reemplazado con un partido de tenis, dándole a Nitro toda la audiencia del wrestling.

En medio de aquellos números increíbles, tuvo lugar la tragedia. El 14 de febrero Louie Spicolli (Louis Mucciolo), quien había cumplido 27 años y había tenido recientemente un push en la WCW en contra del lacayo del nWo Chris Farley, murió por una sobredosis de drogas. Spicolli, quien, como muchos, tomaba 13 pastillas diarias de soma para el dolor, decidió maridar 27 pastillas con algo de alcohol. Fue encontrado muerto en su casa a las 08:55 am, con su rostro bocabajo encima de su vomito. No era su primera sobredosis. En realidad, en 1996, trabajando para la WWF, colapsó luego de haberse tomado 55 somas y estuvo en una condición crítica por dos días. De manera preocupante, le había dicho a algunos amigos, días antes de su muerte, que estaba preocupado porque el uso de esta droga en la compañía empezaba a estar fuera de control. El lunes siguiente, Nitro abrió con un tributo a su memoria. A sus amigos más cercanos en el programa se les prohibió hablar de él. Sólo una persona lo hizo: Larry Zbyszko, con quién había tenido un feudo. Zbyszko dijo que había varias cosas que quería decir sobre él, pero aparte de ofrecer respetos a su familia, mantendría la boca cerrada. Sí, un tipo había muerto realmente, pero como había una guerra de wrestling de por medio, la WCW no dejaría ni siquiera a Zbyszko salirse de su personaje. En camerinos, hubo shock y tristeza, pero en general, el negocio seguía como siempre. En realidad, para mostrar lo desvergonzados que eran algunos en la compañía, el doctor Joel Hacket, quien había prescrito las pastillas a Spicolli, viajó aquel fin de semana a San Francisco, para asistir al PPV Superbrawl. 

Antes del evento con 12.620 fans en el Cow Palace, el ppv Superbrawl había logrado vender todas las entradas para ver un nuevo evento principal de baja calidad. Sting derrotó a Hogan para mantener el título de la WCW, pero ya habían acabado con él, gracias al pésimo bookeo de Starrcade, por lo que esto era algo pequeño y ya muy tarde. Peor aún, tampoco le dieron la oportunidad de tener una victoria limpia, ya que Randy Savage intervino, golpeando a Hogan con una lata de spray. De nuevo, Sting había sido mostrado como inferior al maravilloso Hulkster, por lo que los fans se empezaban a hacer a la idea. Si el show no fue todavía peor, fue gracias a la maravillosa calidad de DDP vs Benoit y Chris Jericho vs Juventud Guerrera. Esta última no estuvo exenta de polémica, puesto que Guerrera, cuyo nombre original era Aníbal González, era el hijo del famoso luchador mexicano Fuerza Guerrera. En México, la máscara de un luchador profesional es considerada como sagrada, y quitársela es considerado un sacrilegio (el desprendimiento simbólico de la máscara viene de rituales aztecas de siglos atrás). La más grande superestrella en la historia de la cultura, El Santo, nunca se desprendió de su máscara e incluso fue enterrado con ella. Debido a esa gran tradición, cuando la familia de Salvador Lutteroth abrió la Empressa Mexicana de Lucha Libre (EMLL) en 1933, las peleas de máscara vs máscara o pelo vs máscara vendieron muchísimas entradas en las arenas de México.

En WCW sin embargo, a nadie le importaban esas tradiciones. Después de todo, estos eran los Estados Unidos de América, donde los luchadores no escondían sus rostros. Guerrera, explicó Bischoff una vez más, no vendía nada con la máscara puesta. Cuando se le empezó a abordar sobre la idea de perder su máscara, él (sólo con su padre y los otros luchadores mexicanos) terminó consternado por semejante proposición. Bischoff le juró que iba a ser un gran trato, e incluso le dijo que iba a construir, en largo tiempo; uno de los mejores ángulos que harían que aquella lucha significara algo de verdad. El gran push comenzaría con una derrota con el mid-carder Billy Kidman, una victoria sobre el otro mid-carder El Dandy, y una derrota con Jericho en Superbrawl, y finalmente la venta, en el puesto de merchandising, de su máscara y la de Rey Mysterio un año después. 

Esto no sólo enfureció a los luchadores mid-carders. Eddy Guerrero, frustrado con la situación de las máscaras y lo que le parecía la imposibilidad de ascender, intentó irse. Bischoff no sólo le dijo que no, sino le gritó por tan siquiera haberlo considerado. Luego, Bischoff se disculpó. No obstante, esto no hizo sentir mejor a Eddy. Dean Malenko, de otro lado, quería saber cuándo cumpliría Bischoff su promesa de bookear un torneo de cruceros. Bischoff, como el jefe diplomático que era, le respondió que Malenko, Guerrero, Juvie, Mysterio, Benoit y el resto eran grandes trabajadores, pero ninguno de ellos era capaz de traer traseros a los asientos.

La infelicidad de éstos no generaba ningún sentimiento en Bischoff, quien, en la mañana del 17 de febrero, estaba alborozado de saber que en las noches previas a Nitro (que andaba sin competencia) había hecho un 5.10 de rating (otro nuevo récord para la marca). Mejor aún, había sido considerado como un gran show, a pesar del hecho de que el bookeo sólo producía dolores de cabeza, y el viejo amigo de Hogan, Ed Leslie (conocido ahora como “E. Harrison Leslie”) fue introducido a la nWo, bajando de nivel a la que había sido otrora una facción de luchadores élite. No sólo Nitro seguía generando muy buenos números, sino Eric tenía un as bajo la manga para el ppv Uncensored del 15 de marzo en Mobile, Alabama: Hogan vs Savage en una jaula, Sting vs Scott Hall por el título de la WCW, Luger vs Scott Steiner, Gigante vs Nash. La misma cantidad de viejos horribles en la cúspide. Pero no importaba, ellos eran considerados de marca mayor. 

El 17 de febrero, Randy Savage fue nombrado el Hombre del Año por el Harvard Lampoon por exudar una “hombría universal”. Bienvenidos a 1998

La semana siguiente, Raw y Nitro hicieron combinados 8.60 en los shows de esa noche, teniendo por un lado al “tipo más malo del planeta” Mike Tyson uniéndose al líder de Degeneration X (DX) Shawn Michaels; mientras en el otro, la nWo entraba por trillonésima vez al ring para provocar descalificación. Los fans estaban ansiosos de que la WCW hiciera algo dramáticamente diferente, como, por ejemplo, una victoria limpia; pero la WCW no tenía razones para hacerlo. Después de todo, su show había hecho 4.81, mientras el de Vince no había pasado del 3.80. Vencer a la WWF era el objetivo. No había razones para cambiar nada.

En camerinos, las cosas siguieron saliéndose de control. Los luchadores mexicanos, que se enteraron de manera súbita que no podrían participar en más eventos en México en sus días libres, estaban más molestos que nunca. Varios habían hecho un buen dinero participando en la WCW y en grupos independientes del sur de la frontera. Por ende, una vez esta determinación fue tomada, muchos la ignoraron y siguieron participando en México, mientras otros empezaron a intercambiar ideas sobre como ser despedidos.

El convenio que tenían con la compañía New Japan Pro Wrestling también se fue al piso. Durante años, los dos lados habían estado intercambiando talento de un lado para el otro y usualmente, era la WCW quien se llevaba la mejor parte, ya que, mientras New Japan mandaba sus mejores superestrellas como Masahiro Chrono, la WCW mandaba tipos como Robby Rage, a quien nadie conocía, no sólo en Japón, sino tampoco en Estados Unidos. Claro, el talento internacional condimentaba los shows televisivos de la WCW, y en efecto, la de Keiji Muto (conocido como el Gran Muta) fue una de las grandes participaciones de finales de los 80s.

En cualquier caso, el convenio se cayó, principalmente, porque Eric continuó con su, ahora marca de fábrica, imposición de poder. New Japan tuvo un grupo nWo, y Bischoff decidió de que, en virtud de una estipulación contractual, sería él quien decidiese quien podía ser elegido miembro y quien no. Tengan en cuenta de que no había ningún espectador estadounidense que supiera quien hacía parte del grupo de nWo japones. El punto era que Bischoff tenía el poder y quería usarlo. Y si la cosa no iba lo suficientemente mal, Bischoff también quería elegir quienes podían luchar al lado de los nWo y quienes no. No ayudó en nada que en Japón se enteraron de que Eric había iniciado en la oscuridad negociaciones con la competencia directa de New Japan, Japan Pro Wrestling.

Era duro para Bischoff tener solo una pelea de poderes por mes. De vuelta en casa, tenía problemas con Nash y Hall, quienes no estaban nada felices de que hubiesen sido mandados escalones más abajo para favorecer a Hogan y su nuevo mejor amigo Randy Savage. Entonces, Bischoff decidió que él era el jefe, de la manera menos amable posible: despidió, vía correo de la noche, al mejor amigo de estos dos Sean Waltman a.k.a. Syxx; lo cual tuvo el agravante de que Waltman estaba entre algodones recuperándose de un cuello roto. En medio de esta muestra de fanfarria, Waltman decidió firmar rápidamente con la WWF. A los ojos de los fans, una gran superestrella de la WCW había decidido de que la WWF era el lugar en el que debía estar. Para los luchadores descontentos de la WCW, especialmente los que menos oportunidades tenían, parecía que cambiar de empresa les podría dar también un gran push. A Waltman le subieron el salario en $100.000 en comparación a lo que ganaba en la WCW, por lo que se dejaba en el aire el mensaje de que la WWF estaría dispuesta a pagar para ser competitiva. 

Hall y Nash mientras tanto, estaban furiosos por el despido y querían dejar la compañía. Eric les recordó que tenían contrato hasta 2001 y no podían aparecer en ningún otro lugar antes de ese año. Así que ellos se quedaron, pero eso no evitó que siguieran yendo a la televisión, para actuar de forma poco profesional. En una entrevista, Hall les dijo a los fans que a él no le estaba permitido volver a decir “¡Hey Yo!”. En otra ocasión, le dijo a Gigante “es la señal” delante de un micrófono. Ninguna sanción les fue aplicada, y ellos tomaron nota de lo anterior. Más tarde en la noche, Nash inició una gran discusión con Hogan en camerinos, diciéndole que quería tener su lugar, a lo que Hogan le respondió “déjalo así, brother”. 

Mientras Bischoff empezaba a estresarse de verdad por toda la situación, sus preocupaciones se evaporaron rápidamente. Nitro hizo 5.7 esa semana con un Sting/Savage/Gigante vs Hogan/Nash/Hall, matando a Raw, que sólo hizo un 3.3. con un show alrededor de Austin y Tyson. Mejor aún, la siguiente semana al show no tuvo competencia, haciéndose un 5.58, rompiendo el anterior récord de 5.10. La última parte del programa, con Sting/Luger vs Hogan/Savage logró subir aún más el listón, haciendo un enorme 6.6 que hacía que Bischoff se sintiera el rey del mundo.

O al menos hasta Uncensored, en la que tendría, todavía, un muy buen cartel. Los undercard estaban de nuevo por debajo de la media, aunque Jericho vs Malenko y DDP vs Benoit vs Raven eran muy buenas luchas. Gigante vs Nash fue igual de horrenda. Sting vs Hall apestaba. Y Hogan vs Savage fue una abominable lucha en jaula (incluso para los estándares de la WCW) que incluyó intervenciones de Sting y E. Harrison Leslie, y ni siquiera tuvo un final. Para el disfrute de algunos fans hardocre, Uncensored estuvo a la altura de su reputación, siendo considerado como el peor ppv de la WCW. Pero el problema era que estaba claro para todos (salvo quienes estaban en la compañía) de que a pesar de los récords y los maravillosos buy rates, los shows eran muy malos.

WCW estaba lo suficientemente alto en 1998, que logró afectar el comercio mundial. Cuando THQ anunció de que no iba a producir exitosos videojuegos de la WCW, sus acciones bajaron $8 en Nasdaq. Maravillosamente, un 25 por ciento de los títulos accionarios de THQ tenía relación con WCW.

El Nitro del 23 de marzo fue notable por haber sido el inicio de la era de Bill Goldberg. Una era que debió haber llevado a la compañía al éxito a largo plazo, teniendo en cuenta de que se convertiría en el luchador más popular de la compañía. La idea, concebida por el anunciador Mike Tenay, era increíblemente simple: Goldberg no perdía y los comentaristas inflaban esta racha ganadora. No sólo esto aseguraría que su primera derrota fuera algo importante (y lo sería, pero por las razones equivocadas), sino que le daría a los fans algo para seguir (una suerte de estadística en un falso deporte en el que las estadísticas no eran tal). En efecto, los fanáticos entraron en el juego, mostrando la importancia por un número, ya que, por ejemplo, carteles con “76-0” empezaban a aparecer en Nitro. Los grandes egos de los vestuarios empezaron a tomar nota de esta popularidad ascendente.

Además de lo que pasaba con Goldberg, la WCW tuvo a otra estrella hecha a la medida del éxito gracias, irónicamente, a una tragedia que tuvo lugar en el ring. Buff Bagwell se había lesionado al recibir un top rope bulldog. La lesión fue lo suficientemente grave, al punto que llevó a todo el mundo a romper su personaje para ayudarle. Los doctores dijeron más tarde que estuvo sólo a 3 pulgadas de que hubiese pasado lo peor, por no hablar de que estuvo a punto de morir dos veces por culpa de complicaciones. Después de la cirugía de cuello que tuvo al día siguiente (en algo que se le asemeja mucho a un milagro), le dijeron que podría volver probablemente en seis meses. En su regreso a Nitro, Bagwell salió en silla de ruedas para enfrentar al tipo que le había roto el cuello, Rick Steiner. Él le dijo que lo que pasó había sido un accidente y lo perdonaba. La gente lo ovacionó. La otra mitad del equipo de los Steiners, el heel Scott, salió para golpear a su hermano con una silla. Bagwell se levantó, aparentemente para salvarlo, pero luego se sacó su camiseta para revelar, como lo habrán adivinado, “nWo”. En ese momento, no sólo echaron por el inodoro a la próxima gran superestrella babyface, sino convirtieron una lesión en el cuello de la vida real en un ángulo cursi de wrestling. Lo que debió ser un nuevo nacimiento en las ligas mayores de Bagwell, terminó siendo el inicio del fin.

Pero hubo algo en ese mes que cambió la suerte de la WCW para siempre. El 29 de marzo, Steve Austin derrotó a Shawn Michaels para convertirse en el campeón de la WWF en Wrestlemania XIV. El ascenso al título de Austin había afectado inmediatamente la guerra de los ratings. Sin importar la facilidad con la que había ganado Nitro en las semanas anteriores, el siguiente programa a duras penas pudo sacarle una cierta ventaja a Raw en el evento siguiente, 4.19 contra 3.79. En realidad, Nitro no fue capaz de superar a Raw sino hasta la última media hora. El show de esa noche estuvo centrado en el debut de Sean Waltman como miembro de DX. En un interesante segmento revolucionario, él se descargó sobre Hogan y Bischoff, antes de agregar “y tengo algo más por decir. Kevin Nash y Scott Hall deberían estar aquí con nosotros esta noche, si no hubiesen sido secuestrados por la World Championship Wrestling. ¡Y ese es un hecho, Eric Bischoff!” Con esta entrevista, DX estuvo en lo alto de lo revolucionario, por encima del ya anticuado nWo, que en los últimos meses había agregado a prestigiosos miembros como el mid-carder Brian Adams y el favorito de todos, el flácido anciano Dusty Rhodes. 

La semana siguiente, la batalla de los ratings estuvo aún más reñida, con Nitro haciendo 4.61 contra el 4.43 de Raw. Cabeza a cabeza, ambos shows hicieron combinados 8.99 logrando un nuevo record. En un segmento en el que Austin, como campeón de la WWF, salió para confrontar a Vince, Raw hizo 5.6, un nuevo record. En el mismo cuarto, Nitro hizo 3.9. En realidad, de todos los cuartos, Raw ganó 4, mientras Nitro 3, por lo que era técnicamente un empate. Bischoff empezaba a sudarla gorda.
Y luego, la semana siguiente, todo sería aún peor.

Por primera vez desde el 27 de mayo de 1996, Raw vencería a Nitro en la batalla cabeza a cabeza por los ratings, terminando con una épica racha de 83 semanas por encima del programa de la WWE. Raw edificó una supuesta lucha entre McMahon vs Austin que nunca tuvo lugar, generándole un 4.63 contra el 4.34 de Nitro. Los minutos finales hicieron un 6.0, el más alto en la historia de Raw.
Bischoff estalló.

Frustrado más allá de que se pueda pensar, quiso descargar su ira con alguien, y ese alguien terminó siendo Ric Flair, el tipo con el que la gente identificaba a WCW. Flair, quien no había aparecido en televisión desde hacía meses, se perdió el evento de Thunder del 9 de abril en el que supuestamente iba a crear nuevamente a los Four Horsement. Él señaló que le había avisado con tiempo a la compañía que iba a estar apoyando a su hijo Reid en el certamen AAU freestyle wrestling en el Pontiac Silverdome ese mismo día. Infortunadamente, avisar con tiempo era inútil para la WCW, puesto que los shows eran bookeados literalmente en el último minuto (el término “literalmente” no lo utilizamos de manera graciosa, ya que en realidad hubo momentos en que el show era modificado mientras éste tenía lugar en vivo). Flair nunca tuvo conocimiento de que debió estar en Thunder sino hasta tres días antes del show, por lo que no iba a cambiar sus planes.

Bischoff llegó completamente desatado, destrozando verbalmente a Flair en una reunión en camerinos del 13 de abril (día que fue, irónicamente, considerado como el día de Ric Flair en la ciudad de Minneapolis). Luego, lo demandó por 2 millones de dólares por “haber destruido el guion de una producción extremadamente popular” y “perturbar la posibilidad de introducir una story line planeada, produciendo una importante pérdida de tiempo, dinero y esfuerzo por parte de la WCW”.
Desde un punto de vista positivo, Reid ganó el primer lugar en su división.

Mientras la pérdida temporal de Flair le hacía daño a la compañía, WCW tenía un as bajo la manga, puesto que Goldberg empezaba a coger mucho vuelo. Sus apariciones en Nitro se convertían en las que tenían mejor rating, y las ventas de merchandising con su figura subían como cohete. Al parecer, empezaba a crear un nuevo grupo de fans que estaban dispuestos a dejar su dinero para verlo.
Con los esfuerzos de llevar a Goldberg a la luna, la WCW cometió, no obstante, algunos errores críticos. Mientras los anunciadores mencionaban que la racha iba en 60-0, unos fans con muchísimo tiempo libre empezaron a analizar el número de victorias. Estos fans fueron lo suficientemente hardcore, al punto de terminar sumando victorias de shows no televisados. Fue interesante ver a tanto fan interesado en el personaje, especialmente teniendo en cuenta de que éste fue creado en esta promoción. Y claro, tal como la WCW lo había creado, ellos mismos lo arruinarían. Una semana, por ejemplo, el número del anunciador Schiavone no cuadraba con los números que tenían los fans más hardcore. La semana siguiente, la cosa fue más lejos: en un pobre esfuerzo por hacer esta racha más significativa, la compañía imaginó una serie de número que agregó a las cifras finales. Esto terminó generando el efecto contrario al que se esperaba, ya que los fans empezaron a creer que la racha era pura ficción, y aquellos fans que gritaban y traían carteles con el número de victorias de Goldberg empezaron a desaparecer. Lo peor es que la WCW estaba tan feliz escuchando a los fans gritando el nombre de Goldberg, que decidió meter unos gritos falsos de Goldberg, con el ánimo de que pareciera que muchos más fans vociferaban aquel nombre. Por la razón que sea, sin embargo, los directores de televisión de Nitro no querían hacer parte de eso, porque una vez aquellos gritos empezaban a sonar en toda la arena, el público empezaba a cerrar su boca. Una vez más, los fans se dieron cuenta de que los cánticos habían sido introducidos por la compañía, y decidieron no volver a gritar.

La WCW tuvo un problema en Augusta Georgia el 30 de abril de aquel año. El evento principal debía ser Flair vs Hennig, pero con Flair estando por fuera de manera indefinida, y con Henning... bueno, no estando allí, los fans se enfadaron muchísimo. Tan enfadados estuvieron que pidieron la devolución de su dinero. Tras haber pensado una serie de soluciones, la decisión que tomaron fue hacer un cambio de último minuto y poner a Chris Benoit a vencer a Booker T para ganar el título de la TV. ¡Funcionó! Los fans estaban muy felices. Así que la decisión fue repetir la fórmula la noche siguiente. Y la siguiente, y la siguiente. El cinturón pasó por cuatro manos en cuatro house shows diferentes, yendo de Booker T a Benoit, luego a Booker, luego a Benoit de nuevo. Cada noche, los fans fueron a ver qué locura iba a ocurrir ahí, en sus ciudades. Pero luego, el lunes, cuando Booker T perdió su título con Fit Finley en TV, los anunciantes no mencionaron nada de los cambios de título de los últimos días. Para los fans casuales que veían el show, no había pasado nada. Sin embargo, este fue un mensaje claro para todos los que habían disfrutado en Norfolk, Greenville, North Charleston y Savannah: ustedes no cuentan. Lo que pase en sus puebluchos no le importa a nadie y no será mencionado en televisión. Si bien no mataron el negocio en aquellos lugares, al menos pusieron un clavo más en el ataúd.