Me llama la atención la facilidad
y despreocupación con la que los medios de comunicación colombianos propagan
las noticias sin siquiera corroborar la veracidad de los hechos. Lo importante
para ellos es el escándalo, las visitas en la página web y la zozobra. Digo esto
porque vi durante dos semanas una ola de pánico creada por una supuesta problemática
pública en razón de un juego de redes sociales llamado la Ballena Azul. Éste,
según la periodista de la BBC Lucía Blasco consiste en un “desafío que invita a niños y adolescentes a superar 50 pruebas
(una por día)”, cuya última consiste en suicidarse.
La noticia la leí en la página
del diario Vanguardia Liberal, uno de los más importantes de la región de
Santander en Colombia, en donde se hablaba de un “peligro mortal”,
que llevaría incluso a los periodistas a un debate en colaboración con la Universidad Autónoma de Bucaramanga, en el cual se buscaba mostrar los peligros de aquel reto, aunque en realidad
sólo cayera en lugares comunes y en una declaración de la funcionaria del
gobierno local , que aceptó que no tiene certeza del primer suicidio por culpa
de este juego.
Aquel diario no fue el único en
reproducir aquella información. A mi parecer, el periódico El Tiempo (uno de
los más importantes a nivel nacional en Colombia) fue aún más lejos al indicar
que aquel juego de redes sociales era una “ciberamenaza que mata”. Como para la sala de redacción de aquel diario, la noticia no era lo
suficientemente atrayente decidieron agregar el elemento del satanismo, que siempre que aparece, logra tocar una fibra sensible en los ciudadanos de
un país tan religioso como Colombia.
Sin embargo tanto en el primero,
como en el segundo medio de comunicación (como tantos otros que decidieron
publicar como borregos) se evidenciaron varias cosas: la primera es que en
principio quisieron atribuir varios suicidios a la Ballena Azul sin siquiera conocer las circunstancias personales de los chicos que se
quitaron la vida. Ello conllevó a que en los días subsiguientes, la Policía
Nacional empezara a descartar que varios de los famosos suicidios hayan sido
consecuencia de aquel juego de redes sociales. Además aquel gran “peligro”
terminó por salir de las páginas de los diarios dos semanas después de su primera
publicación, por lo que me queda muy difícil pensar que en verdad hubiese sido
un problema a nivel colectivo.
Pero esta es en verdad la
consecuencia de un fenómeno de una tendencia mundial, como es la publicación de
noticias falsas como si fueran reales, a partir de rumores de internet.
1. El origen de un rumor
La primera vez que supe del
famoso juego de la Ballena Azul fue a través de un vídeo del famoso youtuber Dross publicado el 6 de marzo de este año, es decir, más de un mes y medio antes de
su primera publicación en un diario colombiano. Como sé, y el mismo Dross lo ha
dicho, todo lo que publica él, no es más que entretenimiento sacado de la web
sin ninguna pretensión de pasar por algo serio. Por tanto, para mí no fue más
que una leyenda urbana y no le presté mucha atención a la noticia, hasta que la
vi en medios colombianos supuestamente serios, que decidieron tomarla como un
peligro de seguridad nacional.
Fue ahí que me empecé a preguntar
sobre el origen de aquella noticia, y ello me llevó a encontrarme en inicio, con
el hecho de que la mayoría de los diarios en inglés que la reproducían no
pasaban de ser pasquines de baja reputación como The Sun o Daily Mail.
Pero aquello no sació mi
curiosidad. Quería saber de verdad como había empezado el asunto, es decir, si
los datos expuestos por los periódicos eran reales o no, y lo que me encontré
fue con una serie de eventos que me muestran la poca deontología de los
periodistas y el poco nivel de veracidad de los medios de hoy en día. El sitio de internet Snopes, una suerte de cazadores de mitos y leyendas urbanas de internet, se dio a la
tarea de averiguar si había algo más detrás de aquel juego y lo que encontraron
fue que la supuesta historia de los 130 adolescentes que se suicidaron en Rusia,
luego de jugar a la ballena azul (la que dio inicio a todo), no es tal.
En realidad, aquella fue una
reproducción sin contrastar de un artículo llamado “Los grupos de la muerte”, que
fue publicado en mayo de 2016 por el periódico Novaya Gazeta. En él, se
reportaba que durante un período de seis meses, 130 adolescentes se suicidaron
y 80 eran chicos que habían tenido acceso a un juego en redes sociales, el de
la ballena azul.
Esta noticia recibió en los meses
subsiguientes toda clase de críticas. Una investigación de Radio Free Europe demostró que ninguno de los suicidios estaba realmente ligado al famoso juego. El
periódico ruso Meduza criticó que en el artículo no se expusiera
el contexto (es decir, que en Rusia ya había una tasa altísima de suicidios de
adolescentes desde antes de que el juego se creara) y se demostró que el autor
de la crónica de Novaya Gazeta manipuló ciertos datos para narrar la historia
que él quería contar (como que varios suicidios ni siquiera fueron probados del
todo).
Así que los famosos 130 suicidios
en Rusia, por culpa del juego de la Ballena Azul, no están verdaderamente
probados.
2. Críticas de otros lados del planeta
La famosa noticia del juego de la
ballena azul tuvo un alcance mundial y llegó a otros países como Francia, en
donde se reprodujo a través de varios diarios de reputación discutible, como otros que intentaron amplificar el problema intentando sembrar el pánicoen la población.
Sin embargo medios de comunicación más serios como el periódico francés Liberation, decidieron
hacer sus investigaciones que fueron publicadas el 31 de marzo de 2017 bajo la
forma de un artículo titulado “El reto de la ballena azul, la fábrica del rumor”.
Para el periodista Alexandre
Hervaud, aquel supuesto fenómeno “amenazante pero también infundado”, es una invención
de los medios de comunicación que crean peligros a partir de hechos
circunstanciales y poco veraces. Él expone que en Francia (donde el asunto
llegó un poco antes que en Latinoamérica y también generó un pánico tal que
obligó a la intervención de la policía), esta “mediatización sensacionalista” hizo
eco de noticias supuestamente relacionadas con la ballena azul que en realidad
no eran tales.
Así, la prensa local decidió de
catalogar la fuga de dos adolescentes como parte del reto de la ballena azul, a pesar de que la policía lo negó posteriormente. En Reims, un chico de trece
años decidió quitarse la vida ahorcándose en su casa y la prensa decidió de
nuevo culpar al juego de la ballena azul (aunque luego la policía desmintió de nuevo aquellos hechos). En la región de
Champagne-Ardenne, en un reportaje televisivo, el medio de comunicación comunicó sobre el peligro del juego de la ballena
azul, utilizando como prueba el testimonio de una adolescente que dijo “yo
conozco a alguien que lo jugó” y “está muerto”. De nuevo ninguna comprobación
de la veracidad de aquel comentario.
Es por ello que para el
periodista, las noticias relacionadas con el juego de la ballena azul, le
recordaron un caso de los años 80 en el que por medio de folletos, empezaron a difundir la noticia de que a los tatuajes
temporales, de esos que se pegan los niños a partir de calcomanías, se les
había echado LSD y éste se estaba propagando por el país. Aquel rumor había
nacido a partir de una leyenda urbana estadounidense (la Mickey Mouse Acid) que
llegó a Francia en 1988 y se hizo viral a partir de la ciudad de Niza, llegando
incluso a la puerta del Ministro de Educación francés, a pesar de su falsedad.
Así que bueno, para el diario, el
reto de la ballena azul es simplemente una muestra de esta era de noticias
falsas (fake news para los gringos),
y de una mezcla de “complotismo” con cultura pop, amplificada por notas periodísticas
más alarmistas que veraces.
3. Reflexiones finales
Desearía contar con más tiempo
para mostrarles más fuentes que evidencian el pánico generado a partir de un
rumor, que tiene más de ficción que de realidad. Sin embargo, creo que el
asunto es meridiano: como lo escribí hace ya un buen tiempo, el alarmismo
alrededor del juego de la ballena azul es en el fondo uno de esos momentos de
histeria colectiva a los que nos tienen acostumbrados los medios de
comunicación; uno de esos momentos de pánico moral, de sicosis global,
resultado de unos medios que disfrazados de padres (queriendo obtener visitas y
reproducciones), hacen eco de cualquier noticia impactante (real, medio real o
falsa) para ganar espectadores. Lo cual no quiere decir que Internet sea un
lugar sano, o que los suicidios adolescentes no sean un problema del que
tenemos que estar pendientes. Pero el problema no se puede reducir a un juego
virtual cuyas víctimas son a cada rato desmentidas. El suicidio adolescente
merece un debate más serio.
Un debate que vaya más allá de una
declaración de autoridades que simplemente dan un parte de tranquilidad que no
toca el problema de fondo,
de un fiscal que abre investigaciones intentando mejorar su imagen luego de
sus descalabros por actos de corrupción y de unos medios que ya no diferencian
un rumor de un hecho, y generan una psicosis colectiva inventada y justificada
a partir de noticias poco veraces que desvían la atención de los verdaderos
problemas que originan este tipo de tragedias.
4.Epílogo
En los momentos en que cierro esta entrada, me encuentro con que el diario Vanguardia Liberal publica la noticia de un nuevo “juego que preocupa el mundo”: el abecedario del diablo . No voy a decir que ese juego me parece una exageración, ni que el medio, con un tono paternalista decide contar un problema sin siquiera verificar los datos. Simplemente limitémonos a saber que aquel periódico, como tantos otros, simplemente está buscando atención, sin importar el nivel de veracidad de su noticia.
Fuente de la imagen: http://www.meta-media.fr/files/2017/02/snopes-fake-news-sites-600x333.jpg
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