jueves, 5 de enero de 2012

La Crítica Constructiva de Doña Bertha - Lucas Caballero Calderón



Hoy les comparto una retro-columna de “Klim” en la que habla de la llegada de la televisión en Colombia y algunas curiosidades que sacan a relucir nuestro enanismo mental.




LA CRÍTICA CONSTRUCTIVA DE DOÑA BERTHA
Columna de Lucas Caballero Calderón “Klim”
El 18 de Noviembre de 1954


Doña Bertha, cuya arrogancia de criterio contrasta significativamente con la actitud postrada, zalamera y sumisa de ciertos escritores de “La República”, no tiene, como suele decirse, agua en la boca. Escribe lo que siente, sin recortes, ni aduanillas mentales, y en casi todos sus escritos se advierten una clara tendencia a hacer lo que algunos llaman oposición y otros, con mayor justicia, crítica constructiva.
Doña Bertha, en su ágil columna de ayer, descarga toda su artillería contra la televisión, movilizando para ello argumentos muy dignos de tenerse en cuenta. Entre otras cosas, dice ésta: “Hay inventos que no son todavía para nuestra cultura tan desigual, ¿más distracciones para las ciudades?, No. Necesitamos más carreteras, más escuelas y mejor estándar de vida para todas. La televisión entre nosotros es como la ida a un banquete de uno de nuestros campesinos en alpargatas…y con sombrero de pelo”.

En esta forma, gráfica e ingeniosa, se expresa de la TV doña Bertha, a quien le enviamos nuestros más rendidos agradecimientos por haber hecho la confianzuda transcripción de su párrafo y le rogamos decirle de paso a nuestro doctor Mariano que nos está haciendo inmensa falta. La TV es un invento notable pero que, como lo anota doña Bertha, le viene holgado al medio colombiano. Es un lujo sorprendente en un país en que todo está por hacer, hasta lo más elemental, y de él puede decirse, para modificar ligeramente la simpática comparación de doña Bertha, que equivale a ponerse los pantalones del frac directamente sobre el pellejo, por carecer de calzoncillos. La TV considerada en abstracto, claro que es una gran cosa. En días pasados, por ejemplo, oyendo hablar al señor alcalde de los problemas de toda índole que agobian a la ciudad, hasta los televidentes menos avisados debieron percatarse de que más que de televisión de lo que Bogotá está urgida es de agua, de alcantarillado, de higiene de transportes fáciles y de buenos pavimentos. Ese día, para decirlo en otros términos, la televisión sirvió para demostrar que, careciendo de tantas cosas esenciales, ella es entre nosotros una pompa superflua, extravagante y prematura.

Estando, sin embargo, ya instalada, nos parece que no es exactamente el caso de quitarla. Empero, prueba elocuente de que el país se anticipó a traerla, es la curiosa noticia de que ha dado cuenta la prensa en estos días, anunciando que un comisionado oficial viajará en breve a la Argentina, a fin de enganchar tanguistas y tele-actores, porque los que aquí tenemos dizque no son aptos para actuar ante el video. Lo más extraordinario del caso (y de ello damos el correspondiente traslado a doña Bertha, para que ella lo comente sabrosamente con nuestro recordado doctor Mariano) es que en la Argentina NO HAY TELEVISIÓN. Don Vicente Montero decía que para cazar leones lo más natural es ir donde haya, y eso que Don Vicente murió en Sibaté completamente chiflis y deschavetado. Alma Bendita. Quiera Dios que con los tele-actores milongueros no se repita la misma sensible ocurrencia que nos tocó presenciar aquí con el fútbol, del cual, idos los cracks extranjeros, lo único propio que nos quedó fue el estadio, patéticamente desocupado, de “El Campín”.

La lectura de la interesante nota de doña Bertha nos ha sugerido estas modestas glosas, que aquí finalizan, no sin rogarle a ella antes que nos salude con mucho cariño a nuestro inolvidable doctor Mariano, recomendándole que por estar ahora allá en invierno se nos cuide mucho y se nos abrigue bastante. Porque dizque las pulmonías neoyorquinas son mucho más entradoras que Laureano.

1 comentario:

  1. si no se hubiera traido la television a Colombia como dice KLIM, todavia estariamos en la edad media, ahora, para la epoca en que fue escrito este articulo, es probable que la tele hubiera causado hasta miedo, eso lo comprendo dada la ignorancia de la mayoria de Colombianos de la epoca,pero que se podria haber esperado de una mente retrograda como la de la ultraconservadora doña Berta, dios nos libre de otra mente como esa, diria don Lukas.

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